lunes, 31 de octubre de 2022

𝗖𝗼𝗺𝗽𝗮𝗿𝘁𝗶𝗲𝗻𝗱𝗼 𝗗𝗶á𝗹𝗼𝗴𝗼𝘀 𝗖𝗼𝗻𝗺𝗶𝗴𝗼 𝗠𝗶𝘀𝗺o

 



𝙇𝘼𝙎 𝙏𝙍𝙀𝙎 𝘿𝙄𝙈𝙀𝙉𝙎𝙄𝙊𝙉𝙀𝙎 𝘿𝙀 𝙇𝘼 𝙑𝙄𝘿𝘼 

 

 

(𝘊𝘢𝘮𝘪𝘯𝘰 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘱𝘶𝘦𝘳𝘵𝘢 𝘥𝘦𝘭 𝘤𝘪𝘦𝘭𝘰, 𝘫𝘶𝘯𝘵𝘰 𝘢 𝘯𝘶𝘦𝘴𝘵𝘳𝘰 𝘔𝘢𝘥𝘳𝘦, 𝘯𝘰𝘴 𝘱𝘰𝘯𝘦𝘮𝘰𝘴 𝘦𝘯 𝘥𝘪𝘴𝘱𝘰𝘴𝘪𝘤𝘪ó𝘯 𝘥𝘦 𝘦𝘯𝘤𝘰𝘮𝘦𝘯𝘥𝘢𝘳𝘯𝘰𝘴 𝘢 𝘭𝘢 𝘣𝘰𝘯𝘥𝘢𝘥 𝘥𝘪𝘷𝘪𝘯𝘢, 𝘵𝘦𝘯𝘪𝘦𝘯𝘥𝘰 𝘱𝘦𝘳𝘧𝘦𝘤𝘵𝘢 𝘤𝘰𝘨𝘯𝘪𝘤𝘪ó𝘯 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘳𝘦𝘭𝘢𝘤𝘪ó𝘯 𝘱𝘶𝘳𝘪𝘧𝘪𝘤𝘢𝘥𝘰𝘳𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘳𝘦𝘪𝘯𝘢 𝘦𝘯 𝘭𝘢 𝘮í𝘴𝘵𝘪𝘤𝘢 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘤𝘳𝘶𝘻. 𝘌𝘴𝘱𝘦𝘳𝘢𝘮𝘰𝘴 𝘥𝘦𝘴𝘱𝘦𝘳𝘵𝘢𝘳 𝘢 𝘭𝘢 𝘱𝘰𝘦𝘴í𝘢 𝘢 𝘴𝘶 𝘭𝘢𝘥𝘰). 

 

 

 

𝗜.-  𝗘𝗟 𝗣𝗔𝗦𝗔𝗗𝗢 𝗡𝗢𝗦 𝗘𝗡𝗥𝗔Í𝗭𝗔

 

Me gusta recordar momentos vividos, 

encontrarme enraizado a sus caminos, 

hacer memoria y regenerar espacios, 

sentirme linaje y poblarme de soplos,

que forman y conforman los pueblos.

 

Un población que cultiva la historia, 

tiene vida tras de sí y perspectivas, 

no vegeta en las meras apariencias, 

se sostiene y sustenta en sus cultos, 

con el único motivo de reescribirse.  

 

Lo pasado ahí persevera para siempre, 

pues siempre hay un incesante retornar, 

que despunta con el sueño de hallarse, 

se eclipsa con los brazos de la muerte, 

y se ilumina con el lenguaje de la cruz. 

 

𝗜𝗜.- 𝗘𝗟 𝗣𝗥𝗘𝗦𝗘𝗡𝗧𝗘 𝗡𝗢𝗦 𝗩𝗜𝗩𝗘

 

El presente tiene presencia en nosotros, 

nos acompaña y acompasa de auroras, 

Jesús se somete para estar con nosotros, 

para formar parte de nuestros anhelos, 

es el Padre que concilia y reconcilia. 

 

Son las luces divinas las que nos guían, 

las que nos llevan a ese justo horizonte, 

con el que soñamos enramar cada día, 

la floresta de la ilusión y de la añoranza, 

entre la pobreza de espíritu y el sosiego. 

 

A poco que nos adentremos en el paso, 

poseemos el cielo en nuestras manos, 

pero el mundo está lleno de hechizos, 

que nos privan de cañadas y veredas,  

llevándonos al suplicio de las sombras. 

 

𝗜𝗜𝗜.- 𝗘𝗟 𝗙𝗨𝗧𝗨𝗥𝗢 𝗡𝗢𝗦 𝗜𝗡𝗧𝗘𝗥𝗥𝗢𝗚𝗔

 

La muerte siempre llama a la puerta, 

nos sorprende en cualquier momento,  

nuestra seguridad está en Jesucristo, 

en sus manos inscritas de amor eterno, 

que es lo que realmente nos florece. 

 

El forjar senderos no puede afligirnos, 

únicamente hay que sentir al Redentor, 

que nuestra verdadera savia está en Él, 

que es el que nos regenera el corazón, 

destrozado por el dolor de tantos males. 

 

Así, en este momento de desconsuelo,

somos alentados por las pulsos celestes; 

seguros de que el Señor es manantial, 

poniéndonos en ruta y no feneciendo,

pues en el tañer está el verso que soy. 

 

 

 

𝒱í𝒸𝓉𝓇 𝒞𝒪𝒞𝒪𝒜 ℋℰℛℛℰℛ𝒪

corcoba@telefonica.net

29 de octubre de 2022.-

 

#𝗤𝘂é𝗱𝗮𝘁𝗲𝗘𝗻𝗖𝗮𝘀𝗮🏡 💙

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