Dura vida de un invidente
en el paradisiaco Acapulco
en el paradisiaco Acapulco
Elibeth D Nicolas. ACAPULCO, GRO.- Miguel Ángel Millán camina por Acapulco guiado por su perro Ruger, ante la supuesta mirada simpática de la gente que lo rechazaba cuando usó bastón para salir a la calle. Miguel empezó a perder la vista parcialmente a los once años.
Era el inicio de la pubertad y una enfermedad en los ojos le restó los atisbos narcisistas de todo adolescente que es mirarse al espejo. Ahora, ya adulto, narra que poco a poco sus ojos se llenaron de manchas de sangre hasta que invadieron cada rincón ocular y quedó ciego. A esa edad no acep
Era el inicio de la pubertad y una enfermedad en los ojos le restó los atisbos narcisistas de todo adolescente que es mirarse al espejo. Ahora, ya adulto, narra que poco a poco sus ojos se llenaron de manchas de sangre hasta que invadieron cada rincón ocular y quedó ciego. A esa edad no acep