Hombre y Estado ante la
corrupción y la holgazanería
Emilio Nahín Rojas Madero/Fredy Leyva Irra
Las coronas de los reyes, grandes y pequeños, caerán. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho... Habrá una guerra terrible entre todos los pueblos. –»Profecía de Melquisedec; rey de Salem»–.
Son una farsa las maravillosas promesas de bienestar que plantean los grandes consorcios de la globalización para con el hombre y el Estado. Pues el hombre cada día se convierte en un esclavo extractor de capital mediante su mano de obra y su acción consumista de los productos ofertados por el sector comercial empresarial. Y el Estado en virtud de seguir en su holgazanería; va cediendo terreno en sus funciones y obligaciones para con sus gobernados. Como ya lo mencionamos en otras ocasiones; para que el Estado privatice la nación, a utilizado estrategias que van desde la tergiversación del lenguaje y las palabras; hasta la aplicación del decreto presidencial o vertiendo una dictatorial de calificativos como «Elefantes