Ayotzinapa ayer y hoy
Apolinar Castrejón Marino
En la entrada de la carretera que conduce a la Escuela Normal de Ayotzinapa, se encuentra un arco de concreto, y a un costado se encuentra un pequeño muro de 1 metro cuadrado. En el arco está inscrito el nombre de la escuela y un letrero de bienvenida. El muro es para que ostente una imagen del fundador.
Sin embrago, el arco sirve más para colgar mantas con consignas contra el gobierno y frases de rechazo a las autoridades. El muro tiene un dibujo pésimo del Prof. Raúl Isidro Burgos», sin ninguna proporción, sin fondo y sin dimensiones. Más bien Parece una caricatura hecha por un chiquillo grafittero.
Muy lejos han quedado los días en que los estudiantes se dedicaban en los ratos de ocio a practicar algún deporte, a aprender a tocar la guitarra o a dominar las técnicas del dibujo.
Sucede que en la escuela siempre han tenido una alberca de dimensiones olímpicas, una cancha de futbol rodeada de una pista de carreras, y un gimnasio bien equipado. Además cuenta con talleres de carpintería, herrería y talabartería. Establo, aviario y parcela forman el patrimonio de la escuela, lo mismo que zahúrdas estanques para piscicultura y viveros.