De la anomia endémica a la
legalidad colgada en pinzas
Isaías Alanís
Como ya era esperado que en pleno pacto bilateral por los hechos de Tres Marías, municipio de paso a la Ciudad de México y pulquero por tradición, los trabajadores de la embajada, ya «pintaron venado» sin rendir declaración. Y en los entretelones de este embrollo que fue «rápido y furioso» por parte de los agresores, aún no identificados (si alguien sabe dónde quedo García Luna, que regrese la camarita que lo voló)