MONTERREY, NL.—Primero mató de un balazo a su hijo y después el hombre se suicidó, luego de que sostuvo una discusión en la que su esposa le pidió el divorcio.
Que los obispos de Guerrero no sean gachos y le obsequien al perredista Angel Heladio Aguirre Rivero un sirio pascual para que se alumbre al momento de leer sus briago-discursos.