miércoles, 19 de junio de 2019

ARTÍCULO

Daños del fertilizante
Apolinar Castrejón Marino
 “No sé qué tienen mis ojos”
¿Por qué compadre?
Que puros conejos ven. Ja, ja, ja. 
Así de retadores eran Hugo “El Bigotes” y Yoni “El Chilango”. Aprovechando el elemento sorpresa que ocasionaron, entraron a la cantina “Nereidas”, con intención de echarse unos buenos alcoholes entre pecho y espalda. Llamaron a “la cangrina” para que los surtiera de bebidas y botanas, y se pusieron cómodos en un rincón de la cantinucha.
Y entonces ¿Que cuentas “bigos”?
Órale wey ¡Tu no me digas así!
¿Y por qué no? Es de cariño.
Pues no me quieras tanto.
Si, ya está bien. Oye, está crítica la situación de la entrega del fertilizante ¿Verdad?
Querrás decir entrega de veneno.
¿Por qué? El fertilizante que se entrega a los campesinos, se traduce en alimentos. Y sin ellos, nadie puede vivir. Entonces es esencial.
Cállate, pareces el disque secretario de agricultura de nuestro estado. Con sus discur

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