Sin límites. Próspero y Víctor:
llevarán sus robots a Japón
llevarán sus robots a Japón
Texto:Beatriz García/Fotografías:Jesús Rojas.CHILAPA DE ALVAREZ, GRO.--La primera vez que Próspero y Víctor abordaron un avión, los llevó al caribe mexicano: Cancún, Quintana Roo, la escala uno en su camino rumbo a Japón. A finales de junio del 2018 llegaron a participar en el Primer Torneo Nacional de Robótica del Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (Conalep). Ganaron el primer lugar en la categoría Fire Fighting Challenge y aseguraron su pase para competir el próximo año en el Mundial de Robótica en Osaka, Japón.
Ese 26 y 27 de junio, Próspero y Víctor compitieron contra noventa estudiantes del Conalep de todo el país. Los estudiantes que iban de los estados del norte del país, principalmente, llevaban robots ostentosos con mejores estructuras; el suyo era mucho más sencillo, pero funcional.
Al momento de la competencia, el robot de Próspero y Víctor fue el más rápido: apagó velas en menos de dos minutos.
Ese 26 y 27 de junio, Próspero y Víctor compitieron contra noventa estudiantes del Conalep de todo el país. Los estudiantes que iban de los estados del norte del país, principalmente, llevaban robots ostentosos con mejores estructuras; el suyo era mucho más sencillo, pero funcional.
Al momento de la competencia, el robot de Próspero y Víctor fue el más rápido: apagó velas en menos de dos minutos.
Próspero Romero Gerardo y Víctor Manuel Bautista son estudiantes del Conalep 133 de Chilapa, Guerrero. Ambos tienen 18 años y son hijos de campesinos. Próspero es nahua de la comunidad de Izcatla en el municipio de José Joaquín Herrera y Víctor originario de Pochauizco, en Zitlala.
Para estar en el Mundial de Robótica de Osaka, Próspero y Víctor tuvieron que estar lejos de sus familias, dormir en la escuela, trabajar en fines de semana, y durante las vacaciones. Todo sin descuidar sus clases, porque para pertenecer al taller de robótica del Conalep hay que mantener un promedio mínim
Para estar en el Mundial de Robótica de Osaka, Próspero y Víctor tuvieron que estar lejos de sus familias, dormir en la escuela, trabajar en fines de semana, y durante las vacaciones. Todo sin descuidar sus clases, porque para pertenecer al taller de robótica del Conalep hay que mantener un promedio mínim