miércoles, 24 de agosto de 2011

COLUMNA

La Jaula de Dios
Jesús Pintor Alegre

Abrumados y con el atole a punto de convertirse en engrudo. Mientras el llamado Comando del Diablo a quien se le atribuye el cuadro de pavor generado en el puerto de Acapulco, dijo en un comunicado que aceptarían la tregua que pidió el procurador general de Justicia Alberto López Rosas, y que podría ser de tres meses, si el gobernador Ángel Aguirre Rivero se desvincula públicamente de Víctor Aguirre Garzón, el mandatario estatal en una conferencia de prensa ayer, reafirmó la postura del fiscal guerrerense: el estado no está pidiendo tregua alguna.
Y allí brinca el asunto, eso indica, como para variar en el cuadro negativo, que esto apenas empieza, y que no habrá momento de tranquilidad. No obstante, se han dejado escuchar voces en distintos tonos, por un lado, que en Acapulco no se debe alarmar a la gente, y que no se requiere pese a lo que sucede, toque de queda, de acuerdo a voces oficiales de la talla del alcalde Manuel Añorve Baños.
Un cuadro que parece reproducirse en Tierra Caliente: tampoco pasa nada, parece ser la orden, en una clara intención de querer tapar el sol con un dedo, y que parece formar parte de una campaña ordenada por el mandatario estatal en línea directa con el presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa. Inclusive en el tema de la recaudación fiscal, la delegada en la región calentana, Guadalupe Eguiluz Bautista, ha asegurado que inclusive han elevado sus metas.
Es decir, debemos creer que el cierre de negocios y la huida de empresarios es una verdadera jalada de pelos, que la pobreza no existe, que el circulante inclusive no sólo se mantiene, sino que ha subido, como en esos tiempos de la bonanza, y donde comprar un terreno en 100 mil pesos, era lo mismo que comprarse una cerveza. Un cuadro que inclusive contraviene a la visión del presidente municipal, Gustavo Juanchi Quiñones, quien ha aceptado el cierre del 50 por ciento de negocios.
Todo esto, nos lleva, de cierto, a una intención. En los próximos días visitará al estado el secretario de Gobernación José Francisco Blake Mora, y el gobernador Aguirre Rivero, quiere presentarle un programa de reactivación económica para el estado y principalmente en Acapulco, y si no le dice que van ganando su guerra, cantada por el comandante supremo de las fuerzas armadas, bueno pues podría negarse a echarles la mano.
Algo así como que el mandatario estatal le echará porras al presidente con empleo, patrón del visitador, al enterarse que en Guerrero, sus técnicas de ataque a la delincuencia organizada, son efectivas, y si no, pues bueno, que vea como la Secretaría de Finanzas lleva más dinero recaudado que el que tenían trazado. Y así en esos tonos lo ha dado a conocer el subsecretario de Ingresos, Abel Echeverría Pineda, para armonizar en la campaña del no pasa nada, y si pasaba, ya todo se va resolviendo.
Luego entonces, la campaña de reactivación económica en Tierra Caliente emprendido por el mandatario estatal, ya no es necesaria, pues los dineros fluyen generosos, ahora podría encaminar sus baterías a Acapulco, pero allá, nos dicen que el asunto de la barbarie no es tan grave como los medios lo dicen, y que este estado está siendo absorbido por el mundo mágico de Alicia y el país de las maravillas.
Allá, donde mandar a decapitar a alguien por orden de la reina de corazones, es sólo palabra, verborrea estéril, donde hasta el gato nos habla, y los hongos nos hacen pequeños o gigantes, así como el conejo de las prisas nos apremia, y el sombrerero nos aconseja, todos en una escena de la imaginación y que nos engullimos sin sal.
Sin embargo, debemos entender que esa postura se debe a que la Tierra Caliente ya no es foco rojo para el gobierno, pues la bonanza ha regresado, y se ha convertido nuevamente en el cuerno de la abundancia, que los empresarios que se han ido es porque ven muchas películas de terror, incluidos los parientes del diputado federal, Cuauhtémoc Salgado Romero y los del diputado local, Ernesto González Hernández.
En este país de las Maravillas nos habíamos equivocado. Antes habían dejado Chirulandia pero ya empieza a desvanecerse pese a que el soberano de esa comarca, Zeferino Torreblanca, quiere regresar por sus fueros, investido en ropajes azules, y con letras en blanco. En Guerrero no pasa nada, ni siquiera en Acapulco y bueno, Tierra Caliente es una zona donde la riqueza ya ha regresado, catapultado por las visitas de los secretarios de despacho aguirristas.
Los fantasmas se han ido, todo es felicidad, pues al fin hemos despertado de ese mundo de las decapitaciones, los hongos mágicos, los naipes como soldados, el gato burlón, como nuestro diablo interno, la reina loca, y los animales que nos hablan. Sufrimos un espejismo… cuando menos, es la conclusión oficial.

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