jueves, 23 de mayo de 2013

COLUMNA


Cosmos 

Don Ángel Organista Ruano
-Primera Parte-
 Comencemos por decir que don Ángel Organista Ruano es destacado comentarista de Radio XEUAG. Hombre sencillo y con una memoria privilegiada, siempre recordando al viejo Chilpancingo. Platicando con él, nos obsequió datos históricos, importantes sobre la ciudad

Don Ángel es hijo de don Policarpo Organista Pastor, su mamá fue la señora Carmen Ruano Martínez. Nació el 26 de mayo de 1930 y lo bautizaron el 2 de agosto. No se casó pero tuvo dos hijos adoptivos que fallecieron y sólo le quedan nietos. Fueron cuatro hermanos: Pedro, Natividad (falleció de niña) Antonio y Agripina. Antonio hacía los sombreros de Tlacololero y dibujaba.
Estudió un año, en la nocturna. Empezaron en la Morelos y acabaron en la Vicente Guerrero. Fueron sus compañeros Lucio Ramírez, Juan Alarcón Organista, José Ruano, Rafael, Epifanio Cristino Estrada y otros muchos.
Trabajó como abridor de milpa, a darle tierra a la milpa, con la señorita Lucía Calvo, quien vivía con doña Chofi. El 22 de diciembre de 1946 se fue a trabajar a la fábrica de jabón de don Gonzalo Muñiz, en Corregidora número 5, cuando apenas había llegado La Casa Lama y con don Gonzalo trabajó seis años. 
“Primero entré de mocito, cuidando a Guillermo y de ahí, en 47 me metieron a la cosa del jabón, ya no necesitaba don Guillermo de cuidados”. Estuve seis años y de ahí me fui a trabajar con don Manuel Reynoso, que vivía en Niños Héroes.
“En 51 me vine al cine Colonial, también de peón con don Nicolás Naime. El maestro de obras era don Carlos Gutiérrez. Nos cortaron pero pasó el doctor Eusebio Mendoza Ávila; estábamos parados en el pórtico del cine Colonial y me llamó. Me preguntó si era albañil y le dije que no: Apenas ando queriendo ser albañil. Ah, pues yo te voy a enseñar. Vamos, quiero que me compongas la cocina y que me pintes la casa bien bonito.
“Pero no tengo herramienta. Vamos, me dijo: Yo te la voy a comprar, ¿dónde venden? Le digo: Aquí, con Luci Castañón. A ver Luci, y ya le dijo: Aquí lo que quieran los maistros, décelos, Luci y yo le voy a pagar. Le dije: Ah, ahora ya soy maistro, y así se hicieron Luci con Jaime Castañón amigos con el doctor Mendoza”.
Empezamos a nivelar el piso y la terminé en 1957, cuando el temblor. Mero el 28 de julio, esa fecha ya le entregué las llaves en la tarde y ninguna cuarteadura. Me dijo: Súbete, y nos venimos en su carro y me dice, mira, si se hubiera caído la construcción no habrías de irte por otro lado porque la cosa es divina, las cosas son las que manda Dios, no te iba a meter a la cárcel porque no eres una persona demente que habrías de haber tumbado la casa. No te pongas triste o con miedo, vamos a verla y dice, está bien, no le pasó nada.
Entonces me pasé con El Pueblito. En 1966 empezamos a bardar el terreno. Hubo un receso, me vine a trabajar con doña Paulita Tapia, y de ahí me volvió a llamar el doctor para El Pueblito y terminé al año, se metió gente y se terminó, nomás era una planta. Ya era maistro de obras.
De ahí me fui con Tomasito Cisneros, con él estuve ocho años trabajando, le hice tres casas, una para Jaime, una para su hermana y otra para Tomasito, fue en 1982”. 
-¿En qué época fue cuando te hiciste rico… o no rico pero sí con mucho dinero?
“En 1977, porque tenía tres obras de casas, con mi compadre Pedro Madrid, con María Antonieta, la hija de Lupita Organista, le hice su casa desde abajo, luego con la señora Lucha, la esposa de Alday que está en Amado Nervo y Rayón y ahí ahorré dinerito y ahorita nomás voy haciendo unas chambitas.
A mi hermano Antonio le di estudios de Contador Privado, a mi hermana de profesora, yo los inscribí en el Colegio del Estado y hasta 1954 salieron ellos, cuando Gómez Maganda. Recibieron el título en el Palacio viejo, hoy Museo y de ahí empezaron a trabajar”.
-Esta trayectoria te permitió conocer a los paisanos, a las familias, estar en contacto con ellos y además Dios te dio una mente privilegiada porque recuerdas todo.
“Pues, sí. A mi madre no le gustaba que le dijéramos Mamá. Decía: díganme Madre. Pues, mi madre le entregó tortillas a doña Enedina Alarcón, la esposa de don Beto Guevara. A doña Natividad Estrada, la esposa de don Juan Meléndez, apenas habían llegado los Meléndez, al señor Barrantes, a doña María Peralta con don Carlitos Vélez, yo conocí a todos ellos”.
-Para ti, ¿quién ha sido el mejor presidente municipal que ha tenido Chilpancingo?
“Yo creo, en lo que me tocó, ya haciendo uso de razón, yo le pongo un diez al profesor Domingo Adame Vega, porque andaba por los barrios viendo lo que hacía falta, lo conocíamos muy bien y se preocupaba, y don Emilio Cabrera hizo los lavaderos de la escuela Morelos, allá en Pezuapa. Esos lavaderos iban a ser propiedad de la escuela Morelos para que los niños, aunque no traigan uniforme pero que vengan limpiecitos, eso decía don Emilio Cabrera. Ahora ya los quitaron, los pusieron más arriba, pero pertenecían a la escuela Morelos”.
-El doctor Saúl Alarcón Abarca hizo el barrio de Tequicorral, eso tú lo sabes. ¿Qué opinas del quinto barrio, que es tu barrio?
“Pues, siempre he dicho que había mucha extensión de tierras y nunca se preocuparon los antepasados de haber agarrado un fraccionamiento, o más bien, un lote para hacer la iglesia del barrio de Tequicorral. 
Es que estábamos con la gente del barrio de san Francisco, pero los límites están del Apantzingo para allá, hasta la haciendita de san Nicolás”. 
(Continuará).

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