martes, 20 de julio de 2010

Columnas

Memorandum
LOS DICHOS Y LA EXPULSIÓN DE ACEVEDO.
La expulsión de Héctor Acevedo Rivera del SUSPEG era algo que se veía venir. Los integrantes de la comisión central de Vigilancia y del Congreso General Permanente de ese sindicato no tenían porque seguir callados ante la necedad del frustrado y derrotado candidato de las elecciones del mes de noviembre del 2009.
El órgano de gobierno del SUSPEG optó por una decisión tajante, a efecto de garantizar la estabilidad del sindicato. Los supuestos derechos de un grupúsculo, no tenían porque estar por encima de los derechos de los más de 20 mil trabajadores que pertenecen a esa organización.
La resolución del Congreso General Permanente del SUSPEG, con relación a la expulsión de Héctor Acevedo, se puede comparar y analizar con algunos dichos populares; veamos:
PERRO QUE LADRA NO MUERDE: Demasiado ruido se la había pasado haciendo Héctor Acevedo Rivera y su abogado en los medios de comunicación, para que en cuestión de minutos quedaran evidenciados ante la opinión pública. A diferencia de ellos, la parte jurídica del SUSPEG se ha dedicado a litigar en los tribunales. Los líderes del sindicato también tomaron sus decisiones. Pero todo de manera reservada. Nada de andar gritando en los medios. Al final de cuentas, Héctor Acevedo Rivera ya no es parte del SUSPEG, así lo decidió el Congreso General Permanente de ese sindicato, mediante un procedimiento apegado totalmente a su estatuto jurídico, por lo que solamente se podrá proclamar dirigente de su grupúsculo de amigos. Con ello queda comprobado, que tiene mucho de razón el adagio popular, ya que Héctor Acevedo y su abogado gritaron y presumieron, pero al final de cuentas, no lograron nada. Absolutamente nada. Bien dicen pues, que perro que ladra no muerde.
AL PERRO SARNOSO SE LE JUNTAN TODAS LAS PULGAS: Si hay un personaje que se había convertido en el apestado número uno al seno del SUSPEG, ese es precisamente Héctor Acevedo Rivera. La mayoría de los líderes seccionales ya estaban hartos de sus desplantes. Pero sobre todo, de su cinismo, ya que se proclamaba dirigente cuando en las elecciones perdió de manera contundente. Hoy su expulsión del sindicato deja en claro que es persona «non grata» en el SUSPEG. Y lo que se ve venir, después de ésta decisión del Congreso General Permanente, es que se le acumulen los problemas al infumable. De entrada, la autoridad tendrá que invitarlo para que se concentre en sus centros de trabajo, a efecto de que devengue las plazas que cobra. Las pulgas le van a comenzar a llover.
MUERTO EL PERRO SE ACABO LA RABIA: Bien dicen que los males hay que arrancarlos de raíz. Eso parece haber hecho en el SUSPEG el Congreso General Permanente. Ante un cáncer, lo conducente es tomar las medidas necesarias para evitar que se siga propagando. Y por principio extirpar lo maligno. De esa manera, si Héctor Acevedo Rivera, ya no pertenece al sindicato, ya no puede gozar de ninguna de las garantías que tienen los miembros del SUSPEG. Ya existe una toma de nota, en donde el Tribunal de Conciliación y Arbitraje da fe de su expulsión. Luego entonces, las autoridades tendrán conocimiento, no solamente de que no es dirigente, sino que además, ya no forma parte de ese sindicato. A grandes males, grandes soluciones. Esa es la cuestión. Mensajes y comentarios: geruanoc@hotmail.com

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