Columnas

Entre la verdad y la ficción

LA ESTÁTICA DE LA DEMOCRACIA

«No des la felicidad de muchos años por el riesgo de una hora». -Tito Livio-

Cuando ya se había decretado la defunción de las ideologías que sacrificaban la libertad en el altar de la justicia social o del crecimiento económico, y la democracia se consideraba el fin natural de la historia, el autoritarismo resucita con fuerza en todos los continentes. Cada vez menos gente vive en regímenes que serían considerados democráticos en Occidente.

¿Vuelven los tiranos o es que nunca se fueron? El experimento de formas filosóficas de gobierno se ciernen sobre Latinoamérica, allí está el caso de Hugo Chávez. En México, el «maximato» de Carlos Salinas de Gortari, tras el poder del PAN y ahora regresa en su forma «remix» el PRI. Las libertades han sufrido una regresión en varios Estados clave en sus respectivas regiones, como Rusia, Egipto, Nigeria o Venezuela. No se ha salvado un solo continente. En 2009, según Freedom House, hubo cuatro veces más países que sufrieron un deterioro de los derechos políticos que los que experimentaron mejoras.

El número de democracias no ha aumentado desde el principio de la década.

Las revoluciones de colores en Georgia, Ucrania y Kirguizistán no han logrado una democratización plena. Tailandia está retrocediendo a una forma suave de autocracia. Bangladesh ha sufrido una interrupción similar del proceso democrático. En África, incluso en muchos Estados que parecían ir por buen camino, la manipulación del poder todavía puede desencadenar con facilidad la violencia, como se vio en Kenia tras las elecciones presidenciales de diciembre de 2007. Las esperanzas de que haya una reforma política dentro del mundo árabe se han visto cada vez más frustradas. Oriente Medio sigue sin dotarse de democracias plenas; la primavera árabe que pareció surgir hace tres o cuatro años se ha visto ahogada por los gobernantes. El único Estado del mundo musulmán que ha desarrollado una política competitiva, Turquía, sufre hoy un tenso pulso entre el Gobierno, del AKP, y el aparato administrativo del Estado laico.

México no es la excepción en un fantasioso izquierdismo, nos la llevamos en discursos y pleitos más de cantina, que de provecho político para las masas gobernadas. La violencia la migración con la Ley en ciernes, provocará lesiones económicas y de terror en la sociedad mexicana, que soporta como cualquier levedad del ser, los embates de «políticos» malhechores vende patria una pobreza humillante y malosos que ellos mismos permitieron que creciera hasta atemorizar a la ciudadanía.