viernes, 27 de enero de 2012

COLUMNA

Sin Concesiones
 
Armando Patrón


Preocupado por la mala imagen que tiene en la sociedad capitalina, y porque puede quedar fuera de las diputaciones en juego, el alcalde de Chilpancingo, no contento con destrozar al PRI en la capital, le abona al odio y a la crispación social, al nombrar hijo predilecto al trabajador de la gasolinera «Eva», Gonzalo Rivas Cámara, encargado de dicho establecimiento y responsable de activar el protocolo de seguridad para evitar un problema mayor en esas empresas.
Sin ninguna estrategia definida para posicionarse entre el electorado, Astudillo Flores, lucra con la muerte del joven trabajador, —lamentable a todas luces—, a sabiendas, como lo ha señalado el Jefe de Mantenimiento de la Gasolinera Carreto, Felipe León Ortiz, de que «los sistemas de seguridad con los que están equipadas las gasolinerías, imposibilitan bajo cualquier circunstancia, una explosión de gran magnitud».
Gonzalo Rivas Cámara, expuso su vida en defensa de los intereses de los empresarios dueños de esa gasolinería, y no de la sociedad capitalina, por lo cual resulta absurdo el que se le declare hijo predilecto de Chilpancingo, además de que eso sólo es una burla más del alcalde capitalino, que está desesperado por la repulsa que siente la sociedad en su contra, porque en la Zona centro su candidato a gobernador fue aplastado de forma brutal, en lo que es considerada la derrota más grave del PRI, en la historia de Chilpancingo.
Felipe León Ortiz, en declaraciones a una agencia de noticias, señaló que desde hace dos décadas Pemex extremó los protocolos de seguridad en las gasolinerías, por lo que son inexplotables. Continúa «Los más que puede pasar es un incendio externo, jamás explotarán los depósitos».
Astudillo se burla de la sociedad, quiere hacerse pasar como un hombre sensible y humano, cuando lo que realmente busca es llamar la atención y colocarse en la lista de los diputados plurinominales, como un premio al hombre que ordenaba la destrucción de la propaganda en el pasado proceso electoral, y que es responsable directo de la brutal golpiza en contra del líder perredista Guillermo Sánchez Nava, quien se encuentra en estado vegetativo.
Héctor Antonio Astudillo Flores, fue el coordinador de la campaña del PRI en la zona centro, fue quien coordinaba las brigadas de pega y propaganda y de destrucción de la publicidad del partido contrario, y para ello dispuso de un contingente de trabajadores del Ayuntamiento capitalino, y de otro grupo que cobran como aviadores en esa dependencia municipal.
Y ahora en su decadencia política, inflado de cinismo declara hijo prodigo al trabajador de la gasolinera, sin hacer mención de los dos estudiantes asesinados a mansalva por parte de elementos de Ayotzinapa. Igual reconocimiento ridículo, debieron haber recibido los dos trabajadores de la Dirección de Protección Civil, que fueron los que apagaron la bomba de gasolina, ya que Gonzalo Rivas, sólo intentó apagarla.
Lamentable que se utilice la muerte de una persona, para beneficio de un político en plena decadencia. Sin Peña Nieto es un burro, este singular personaje se pasa.

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