COLUMNA

Cosmos


Héctor Contreras Organista


«¡Los discípulos de ACD salieron malos, malos, malos:
como la carne de cuche!»
(Vox Populi, Vox Dei)
 
Hoy se cumplen 12 años de la muerte del político chilpanchingón Alejandro Cervantes Delgado.
Doce años de naufragio político en nuestra entidad debido a que algunos de sus discípulos salieron malos como la carne de cuche para eso de la política y no le hayan pies ni cabeza al quehacer del servicio público y menos la cuadratura al círculo.
Y que conste que ACD supo rodearse de un grupo valioso de jóvenes inteligentes, profesionistas a quienes abrió de par en par las puertas de la oportunidad con la intención de que se fincaran un futuro promisorio y con ello coadyuvaran en los esfuerzos para hacer un Guerrero mejor.
Su campaña política realizada en el año de 1980 por casi toda la geografía guerrerense sirvió al pueblo como a él para ratificar esa relación de servicio que había venido cultivando desde años atrás cuando fue director de Hacienda y Economía del estado de Guerrero en el periodo gubernamental del médico militar Raymundo Abarca Alarcón, después como diputado federal y más tarde como senador de la república.
«No iba a ser él el candidato, iba a ser Soberón», dijeron muchos en su momento. Qué bueno que lo dijeron porque otros también dijeron que tampoco iba a ser Jorge Soberón, hermano de Guillermo, poderoso rector de la UNAM. Iba a ser el candidato a gobernador un General guerrerense que estaba ubicado en los más altos grados de los mandos militares en Los Pinos.
Pero en Guerrero la gente comenzó a preguntarse: ¿Otro militar? recordando las atrocidades cometidas por el general ometepequense Raúl Caballero Aburto, en 1960 y sólo habían pasado 20 años de la masacre en contra de la ciudadanía chilpancingueña. Las opiniones en ese sentido se ventilaron en forma airada en las páginas de los periódicos de circulación estatal y del DF y tal vez debido a ello el gran Dedo Elector echó reversa y fue entonces que se eligió, de parte del PRI, a Alejandro Cervantes Delgado para que fuera el abanderado del tricolor a la gubernatura de Guerrero…
y ahí llegó la cauda de jóvenes profesionistas radicados en la ciudad de México, a enquistarse como funcionarios del gobierno estatal. Y tenía que ser, de ahí surgieron después alcaldes, diputados, senadores y hasta gobernadores… i’iñor, pero como anotamos líneas arriba, malos como la carne de cuche.
Nada que ver con la calidad política, programas y miras en bien de Guerrero o proyectos de su maestro que hoy cumple una docena de años de haber fallecido y debe estarse retorciendo donde esté de ver no sólo que sus alumnos salieron de lo peorcito, sino malos, malos, malos, como la carne de cuche y que en todo le llevan las contras a su política a favor del pueblo… ¡Ah!, y le iban a develar una estatua, ¿pa’ qué?
Lo que don Alejandro Cervantes seguramente les habría de pedir, en lugar de estatuas y monumentos es que sus discípulos tuvieran un poquita de vergüenza para ser dignos hijos de Guerrero a quien deben servir con: HONESTIDAD, pasión, HUMILDAD, desinterés, UNIDAD (pueblo-gobernantes) e INTELIGENCIA, como la que él les enseñó, porque así como han ido y como van no van a pasar de seguir siendo malos, malos, malos, como la carne de cuche.

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