ARTICULO

AAR y el encuentro 

 con Enrique Peña 

Mario García Rodríguez 

 Más que positiva, la reunión del gobernador Ángel Heladio Aguirre Rivero, con el presidente electo, Enrique Peña Nieto, era impostergable, por el bien del estado de Guerrero. 

En una democracia no tan perfecta como la nuestra, el vencedor debe convencer de la legitimidad de su triunfo para la gobernabilidad del país. 

El gobernador Aguirre Rivero, expuso ante el presidente electo Peña Nieto, la necesidad de cambiar los formatos sobre la asignación de los recursos federales a entidades federativas como la nuestra. Además pidió un programa para el combate a la pobreza. El 50 por ciento por 50 por ciento ya no funciona, porque hay municipios en Guerrero demasiados pobres. 

El mandatario dijo que ya no son suficientes las asignaciones de los presupuestos al estado de Guerrero porque no alcanzan para satisfacer la elevada demanda social. 

También se le pidió al próximo presidente de México la creación de programas en apoyo a los millones de «NINIS» mexicanos y el combate a la violencia por parte del crimen organizado, entre otras cosas de interés para los estados pobres del país. 

Este encuentro entre Peña Nieto y los gobernadores del partido contrincante del vencedor, permitió allanar el camino institucional, independientemente de su contenido político. 

Aguirre Rivero, aprovechó la ocasión porque le permitió consolidar su posición como gobernante visionario que busca mejorar las condiciones de vida de sus gobernados sin importar intereses partidistas.

 El presidente electo de México, Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), y gobernadores del partido adversario pactaron un programa antipobreza. 

Reuniones como estas deben ser más seguidas, porque personalmente pueden plantearse los problemas y recibirse de inmediato la respuesta necesaria, este es un ejercicio democrático.