PRIMERA PLANA

¡Huele a mierda el mercado!

se quejan  los consumidores 

Texto y foto:Teodomiro Ortega de la Cruz.—¡Huele a mierda el mercado!, se quejan los consumidores y transeúntes que llegan y pasan por la explanada del mercado “Baltazar R. Leyva Mancilla”, pues desde hace más de ocho días la fetidez de las aguas negras de drenaje no han sido atendidas por las autoridades locales.

Las autoridades del Ayuntamiento capitalino, se hacen los occisos, desde hace más de ocho días, las aguas negras han invadido gran parte del exterior del mercado “Baltazar R. Leyva Mancilla”, y hasta la avenida Insurgentes.

Diversos consumidores y transeúntes se quejaron ante La Crónica, Vespertino de Chilpancingo, quienes afirmaron que el gobierno municipal que encabeza el priísta Mario Moreno Arcos, no ha hecho nada, ni siquiera ha mandado a su secretario de salud a echar por lo menos cloro para bajar la intensidad de los olores fétidos.

Hasta el momento tampoco se sabe de alguna información oficial, para cuándo estarán terminados los trabajos de reparación del drenaje, porque cada día se intensifican los olores nauseabundos.

En el estacionamiento o explanada del mercado, en su alrededor se venden alimentos que van desde tortillas, atoles, tamales, pan, verduras, frutas y muchas cosas comestibles.

Los denunciantes exclaman ¡huele a mierda el mercado! y más cuando hace mucho calor, pero esto se repite constantemente, a cada rato se descompone o se tapa el drenaje, lo peor es que el gobierno municipal no hace trabajos duraderos.

Tanto los consumidores como los transeúntes, exigen su inmediata intervención del alcalde capitalino el priísta Mario Moreno Arcos, antes de que haya enfermos por tomar alimentos contaminados.

Las afectaciones de fétidos olores, también alcanza a los vecinos, quienes se quejaron de la indiferencia del Ayuntamiento,  pues han pasado más de ocho días sin que se resuelva esa pestilencia.

La pestilencia  del mercado se la llevan entre las llantas los de las urvans del servicio público, que hasta contaminan sus rutas, que llegan a las colonias populares, según observan los inconformes ciudadanos.