martes, 13 de enero de 2015

COLUMNA

Resquicio
Hipólito Marbán


UNA LUCHA CON SUELDO NO ES UNA LUCHA
Mientras el Estado no asuma la responsabilidad de dar con el paradero ya sea vivos o muertos de los estudiantes desaparecidos en la ciudad de Iguala de la Independencia desde Septiembre pasado, las huestes disidentes del Estado seguirán saqueando empresas y asaltando casetas de cobro, bajo el argumento de que dicha recaudación para en manos de los padres de los estudiantes desaparecidos,
no se necesita ser investigador reconocido por la ONU, para saber que el tema de los normalistas ya dio otro giro real al que se empezó, por un lado las policías comunitarias que en un principio se alzaron en contra del crimen organizado, hoy viven divididos y se han convertido tanto en acusadores como en juzgadores, bajo la tolerancia sumisa del Estado de Derecho, por otro la corrupción que se prolifera en los ministerios públicos, así como en los juzgados, donde infinidad de reclusos llevan años sin ser condenados o absueltos un procurador que solo está de paseo en la fiscalía estatal, como mero papel en la lista de su currículo, un poder judicial soslayado por la ambición del poder entre los magistrados dueños de ese aparato de poder, ediles sin que el brazo investigativo los alcancé ante el enriquecimiento ilícito de varios de los señalados narcoediles, candidatos grises sin presencia ni gestión en sus lugares de orígenes, la ciudadanía vive en un completo estado de indefensión jurídica en cuanto a seguridad, salud, educación y libertad de tránsito, ante un gobierno solapado, salud y educación base primordial de una sociedad, sin salud no se produce, sin educación el Estado vive en el atraso el Gobierno de Salvador Rogelio Ortega Martínez, solo está paseando que sin comprar boleto tiene los destinos políticos del Estado de Guerrero sin hilos de rumbo, los educandos los más perjudicados, en la capital escuelas que solo trabajan tres días, y los dos más qué?, dejando a los escolapios infinidad de trabajos, que en la mayoría de las veces ni los mismos mentores saben lo que dejan, suspenden clases bajo el argumento de que las clases se regularizaran hasta que los estudiantes aparezcan con vida, una lucha con sueldo no es lucha, un Estado inerte al clamor ciudadano, no social, esta última se ha vuelto ha perdido su verdadera dirección, la justicia de la injusticia, hoy solo nos queda ver que la procuración y administración de justicia, es solo para el débil y para que el anda solo, porque las barricadas de humanos, autodenominados grupos sociales, han visto en la caso Ayotzinapa, un  medio para hacerse de recursos económicos, sin que estos lleguen a los verdaderos dolidos. Veremos.  

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