๐๐น๐ด๐ผ ๐ รก๐ ๐ค๐๐ฒ ๐ฃ๐ฎ๐น๐ฎ๐ฏ๐ฟ๐ฎ๐
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“๐๐ด ๐ข๐ฃ๐ด๐ถ๐ณ๐ฅ๐ฐ ๐ฒ๐ถ๐ฆ ๐ถ๐ฏ ๐ฑ๐ถ๐ฆ๐ฃ๐ญ๐ฐ ๐ค๐ช๐ง๐ณ๐ฆ ๐ด๐ถ๐ด ๐ฆ๐ด๐ฑ๐ฆ๐ณ๐ข๐ฏ๐ป๐ข๐ด ๐ฆ๐ฏ ๐ฉ๐ฐ๐ณ๐ช๐ป๐ฐ๐ฏ๐ต๐ฆ๐ด ๐ช๐ฏ๐ฎ๐ฐ๐ณ๐ข๐ญ๐ฆ๐ด ๐ฒ๐ถ๐ฆ ๐ด๐ฐ๐ค๐ข๐ท๐ฆ๐ฏ ๐ญ๐ข ๐ช๐ฅ๐ฆ๐ฏ๐ต๐ช๐ฅ๐ข๐ฅ ๐ฏ๐ข๐ต๐ถ๐ณ๐ข๐ญ, ๐ข๐ดรญ ๐ค๐ฐ๐ฎ๐ฐ ๐ญ๐ข ๐ฅ๐ช๐จ๐ฏ๐ช๐ฅ๐ข๐ฅ ๐ฅ๐ฆ๐ญ ๐ด๐ฆ๐ณ ๐ฉ๐ถ๐ฎ๐ข๐ฏ๐ฐ ๐บ ๐ด๐ถ๐ด ๐ญ๐ช๐ฃ๐ฆ๐ณ๐ต๐ข๐ฅ๐ฆ๐ด ๐ง๐ถ๐ฏ๐ฅ๐ข๐ฎ๐ฆ๐ฏ๐ต๐ข๐ญ๐ฆ๐ด”.
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Vรญctor CORCOBA HERRERO/ Escritor Espaรฑol
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Siempre se repite la misma crรณnica, con su idรฉntica biografรญa, de no pensar mรกs que en uno mismo. Aรบn nos falta aprender a darnos y a donarnos a cambio de nada. Sรณlo hay que observar, los nefastos gobiernos del mundo, repletos de intereses mundanos, haciendo de la gobernanza un enjambre de perversiรณn dominadora. Ciertamente, somos unos irresponsables al servicio รบnicamente del poder. Tan sรณlo de boquilla defendemos a los vulnerables y marginados. Si realmente trabajรกsemos por la estirpe humana, por el bien de su comunidad, no habrรญa esas tremendas desigualdades, entre la inmensa riqueza concentrada en manos de unos pocos y la multitud de necesitados del mundo. Por desgracia, anteponemos el รฉxito personal a los caudales recaudados para sรญ y los nuestros.
A poco que buceemos en nuestra propia historia, nos daremos cuenta que รบnicamente el egocentrismo y el rencor tienen patria, la fraternidad carece de ella. Practicar el corazรณn no es lo nuestro. Olvidamos que todos requerimos de todos para vivir y que, el mejor mando, es aquel que nos enseรฑa a servir, no a servirnos de la gente. Quizรกs tengamos que salir de ese inherente amor propio, miope y destructivo, hacia un amor libre y generoso, que nos reconduzca hacia un espรญritu siempre dispuesto, que es lo que injerta espacios armรณnicos. Claro, serรญa convertir la polรญtica en la mejor poรฉtica de latidos verdaderos, cuya ley fundamental es la clemencia de sus moradores. Ojalรก dejรกsemos de alimentar el desenfrenado deseo de placer y ambiciรณn, dรกndonos por completo.
Sea como fuere, caer en la resignaciรณn es la mayor torpeza. Es absurdo que un pueblo cifre sus esperanzas en horizontes inmorales que socaven la identidad natural, asรญ como la dignidad del ser humano y sus libertades fundamentales. Nuestra vida personal es รบnica y tiene el mรกs sublime valor, aunque aislados nos extinguimos. La relaciรณn de pulsos es lo que nos acrecienta. Por cierto, ahora que se habla de una diplomacia inclusiva, nos conviene tambiรฉn no perder ripio y observar a esas gentes descartadas, a las que ignoramos continuamente con nuestra pasividad. Crear un entorno hostil que disuade a estos ciudadanos de entrar en jurisdicciรณn o de expresar sus opiniones, socavando en รบltima instancia su capacidad de contribuir plenamente a hacer filiaciรณn, es otra de nuestras grandes miserias actuales. Estรก visto que la avaricia nos devora hasta nuestros propios vรญnculos genealรณgicos.
Nos merecemos ser escuchados para entrar en diรกlogo, tampoco hace falta un gobierno perfecto, se requiere uno que aglutine tambiรฉn a sus rivales, desde el respeto. En cualquier caso, hemos de salir de este malvado territorio dominador, afanado egoรญstamente a una calamidad general, donde el abandono es enfermizo. Sin duda, hoy mรกs que nunca, se requieren personas fieles a sus responsabilidades cรญvicas, comenzando por decir ¡no!, a un dinero que corrompe en lugar de abastecer. Me quedo, pues, con la estรฉtica de la solidaridad desinteresada; lo que conlleva, una vuelta de la economรญa y de las finanzas, a una รฉtica en favor del ser humano. Por tanto, fuera estilos de vida aprovechados y materialistas, excluyentes a mรกs no poder, que han desarrollado una globalizaciรณn empedrada.
En efecto, casi sin darnos cuenta, nos volvemos indiferentes ante los clamores de los otros. Ya no compartimos lรกgrimas, ni mostramos apoyo ante el drama de los demรกs. Sin embargo, nos interesa hallarnos coaligados. Quรฉ pena de las autoridades que no dan ejemplo y, ademรกs con sus malรฉvolos directorios, fragmentan en lugar de unir. Deberรญamos crear un equilibrio y un orden social mรกs hogareรฑo. Esto nos obliga a ejemplarizar nuestras actuaciones, para que aminore el cรกncer social de la corrupciรณn, profundamente arraigada en los gobiernos, empresarios e instituciones de muchos paรญses. Es cierto que la debilidad humana siempre ha estado ahรญ, pero aprendamos de las caรญdas y renazcamos, antes de que la codicia nos enraรญce en lo perverso para siempre.
corcoba@telefonica.net
22 de junio de 2025.-
#๐๐น๐ช๐จ๐ช๐ณ๐ญ๐ฆ๐๐ญ๐ข๐ถ๐ฅ๐ช๐ข๐ค๐ถ๐ฎ๐ฑ๐ญ๐ข.
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