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Vรญctor CORCOBA HERRERO/ Escritor Espaรฑol
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Nuestra รบnica defensa contra todo es el amor verdadero. Hay que poner alma en la protecciรณn y abandonar las armas. Ademรกs, si nos tomamos en serio la concordia, debemos apoyar los nexos que nos unen y hemos de financiar a las instituciones que hacen posible la paz. Por desgracia, las tendencias actuales son alarmantes. La violencia persiste por cualquiera de los rincones planetarios y la inseguridad alimentaria incrementa la vulnerabilidad. Es hora de abolir la explotaciรณn humana, de una vez por todas, y de reconocer la integridad igual e incondicional de todos y en cada uno de los individuos. Ojalรก aprendamos a reconstruirnos humanamente, a ser menos posesivos y mรกs donantes, sobre todo en aquellas zonas de conflicto donde los servicios son mรกs inaccesibles. 
La espiral del desconcierto y la inhumanidad es manifiesta. No nos hace bien esa situaciรณn dominadora, que todo lo avasalla y corrompe; y, aรบn menos, considerar a los otros como vejatorios y pretender dar lecciones permanentemente, en un orbe totalmente desbocado. Una crisis sobre otra crisis, nos estรก dejando sin palabras. El descontrol es tan patente, que hasta los grupos armados usan la violencia sexual para controlar territorios y recursos, reclutando combatientes. Tampoco la soluciรณn es militar. El รบnico camino a seguir es el decoro y la decencia; la diplomacia, en suma. Entonces no caigamos en la seducciรณn de buscar la seguridad en los รฉxitos mundanos, en las posesiones y en la superioridad, aprendamos a reprendernos, que serรก como remar contracorriente.
En cualquier caso, esta situaciรณn decadente debe hacernos repensar y no embestir contra todo aquello que nos quita el aliento; la cuestiรณn radica en no lanzarse piedras entre semejantes; puesto que, una minorรญa privilegiada suele apropiarse el poder contra la mayorรญa esclavizada. Serรญa bueno, por consiguiente, no perder el sentido de la realidad, al menos para ganar claridad interior y no perecer en la incomprensiรณn reinante. La aureola resplandeciente es un camino comunitario, en el que todos somos necesarios e imprescindibles, en contra de la tendencia al individualismo consumista que termina encerrรกndonos y aislรกndonos en la bรบsqueda del bienestar propio, al margen de los demรกs; cuando de lo que se trata es de construir puentes mรกs allรก de las fronteras. 
Ciertamente, la vida es un combate permanente, que requiere fuerza y valentรญa, tanto para resistir los aguijones mundanos, como para poner de relieve la necesidad imperiosa de que las distintas pulsaciones benignas confluyan en una mayor comprensiรณn, armonรญa y cooperaciรณn entre las personas y que los imperativos morales de todas las religiones, convicciones y creencias, incluyan la conformidad, el espรญritu tolerante y la comprensiรณn mutua. Porque el desorden es tan grande que, la prรกctica del juicio, se ha vuelto especialmente necesario. Con la insensatez rigiรฉndonos podemos convertirnos fรกcilmente en marionetas, a merced de las tendencias del momento. Lo sustancial es reconocerse en la misiรณn de custodia estรฉtica, no dejรกndose anestesiar la conciencia de mรญseras vulgaridades.
El contexto nos insta a trabajar conjuntamente para edificar un nuevo horizonte, en el que se celebre la diversidad de latidos y todos podamos vivir en condiciones de seguridad y dignidad. Indudablemente, los lรญderes polรญticos, religiosos y comunitarios deben rechazar las tรกcticas divisorias y defender el diรกlogo en las comunidades y entre ellas. De igual modo, las distintas plataformas digitales han de dar un paso hacia adelante e incorporar salvaguardias que les impidan convertirse en megรกfonos del odio. Dar preferencia a los derechos de la ciudadanรญa, globalizada como jamรกs, frente a los algoritmos descontrolados, nos requiere activar la fรณrmula del sentido comรบn; que no es otra, que la atenciรณn como principio, el equilibrio como base y el avance humanitario como fin.
corcoba@telefonica.net
20 de agosto de 2025.-

#๐˜Œ๐˜น๐˜ช๐˜จ๐˜ช๐˜ณ๐˜ญ๐˜ฆ๐˜Š๐˜ญ๐˜ข๐˜ถ๐˜ฅ๐˜ช๐˜ข๐˜ค๐˜ถ๐˜ฎ๐˜ฑ๐˜ญ๐˜ข.

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Sacados 3 del "Bar Bar" tirados al rรญo Huacapa

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