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Vรญctor CORCOBA HERRERO/ Escritor Espaรฑol

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La vida es un vivir desvivido por amar y una fuente inagotable de anhelos, lo que nos demanda espรญritu pensativo profundo y conciliador, ya que todo renace de lo alto y se regenera en comuniรณn de pulsos. Ojalรก que la tradicional visita de estos dรญas a las tumbas de nuestros difuntos sea un momento, ademรกs de algo preciso para la deliberaciรณn interna, tambiรฉn estรฉ dotado de respuestas, por lo que significa de peregrinaciรณn terrenal a la patria del cielo. Es, precisamente, este soplo ensimismado con la pureza de la composiciรณn, lo que nos hace transitar sin temor a la muerte, manteniendo la incesante vigilancia mรญstica, que nos prepara para afrontarla con serenidad. No olvidemos, que lo importante de un penitente es hacer penitencia, corregir errores y reprender actitudes. ¡Enmendarse!, en suma.
En efecto, el camino hacia la inmortalidad estรก en el poema cultivado, en el verso que he vuelto a ser, en la gloria del regreso a la inspiraciรณn mรกs nรญvea, sustentada en conocerse a sรญ mismo, para poder restaurar nuestros propios andares. Sea como fuere, a poco que nos adentremos en nuestros latidos, descubriremos que las diversas existencias estรกn profundamente unidas unas a otras, hasta el extremo de que nuestros pasos por aquรญ abajo, el bien y el mal que cada uno realiza, afectan siempre a los demรกs. Tanto es asรญ, que las tumbas, son casi un reflejo del mundo. Recorrer, pues, los cementerios es peregrinar mar adentro, en busca de consolaciรณn, a travรฉs de un sueรฑo marcado por la esperanza de lo perpetuo.
La eternidad, aparte de enternecernos, nos alienta a dirigir la mirada hacia lo celeste, con una humanidad cada vez mรกs universal, y a digerir una invocaciรณn comรบn de armonรญa, para quien ha vivido, para quien vive, y para quien vivirรก. Lo significativo es llenarse de luz, traspasar el horizonte de la entrega, siendo incapaces de permanecer pasivos e indiferentes ante las necesidades del prรณjimo, en una era marcada por las transiciones urbanas y digitales. La apuesta se hace cada dรญa mรกs palpable, promoviendo pueblos y ciudades inteligentes centradas en las personas, lo que nos exige dar prioridad a las necesidades humanas, la inclusiรณn y la accesibilidad. Desde luego, eso estรก muy bien, pero lo nefasto radica en cultivarse sin reflexionar, serรก como malgastar la energรญa de continuidad viviente.
En consecuencia, demos tiempo al tiempo, seguramente entonces, el ignorante se reafirmarรก, mientras el ilustrado con la cรกtedra de la existencia sobrevivida, comenzarรก a dudar y a interrogarse. Ciertamente, parece que el mundo se ha vuelto mucho mรกs racional y que, incluso pensar en la muerte, es un ejercicio de recapitulaciรณn viviente, de dรณnde vengo y hacia dรณnde voy o quiero ir. Ahora, cuando nuestra naturaleza estรก aรบn en movimiento, es el intervalo requerido para purgarse y apreciarse. De hecho, recapacitar sobre la expiraciรณn, ayuda a mirar con ojos nuevos los distintos caminos, sin dejar rencores ni remordimientos en nuestras huellas. Sucumbir reconciliados es un principio รฉtico que nos concierne a todos, no sรณlo a los cristianos o a los creyentes.
รšnicamente el reino de la lรญrica estรก inmerso en el reino del perenne gozo. Por eso, todos somos deudores de esa reconstrucciรณn inspiradora del himno impecable, que debemos abrazar con el รกnimo de la concordia, puesto que nos puede parecer imposible de conseguirlo, hasta que se logra. A poco que repensemos sobre aquellos difuntos, que dormitan en el sueรฑo de la paz, nos daremos cuenta que sus cuerpos esperan ser transformados por el resurgimiento. En realidad, no hay que temerle a la muerte, porque como decรญa Machado, “mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros ya no somos”. Encima, al descomponerse nuestros andares materiales logramos una nueva dimensiรณn incorpรณrea, confiando en la divina Providencia y no en suplantar la alegrรญa por tristezas.

corcoba@telefonica.net

29 de octubre de 2025.-
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