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Fernando Hinterholzer Diestel
“Buitres” y “comentรณcratas carroรฑeros. De ese modo refiriรณ la presidenta Sheinbaum a quienes alzaron la voz tras el cobarde asesinato, ocurrido el sรกbado pasado durante la fiesta por el Dรญa de Muertos, del alcalde de Uruapan, Carlos Alberto Manzo Rodrรญguez”.
El crimen cometido contra el alcalde de Uruapan, Michoacรกn, durante las festividades del dรญa de muertos, representa “un antes y un despuรฉs” en el entramado de la violencia polรญtica y del crimen organizado en Mรฉxico. El hecho de que el Presidente Municipal tan notorio y combativo y valiente, fuera blanco de un ataque pรบblico, advierte que, intencionalmente, se tratรณ de que todo el paรญs lo enterara, que el asesinato llegara mรกs allรก del municipio. Este crimen muestra las caracterรญsticas de terror simbรณlico: la ejecuciรณn en un evento pรบblico, en un espacio festivo que se configura como comunidad, muestra no sรณlo la fuerza bruta, sino la intenciรณn de sembrar el miedo, erosionar la legitimidad institucional y recordarle a la ciudadanรญa que el poder del Estado puede estar amenazado siempre por el narcotrรกfico. La elecciรณn del escenario revela un mensaje claro: la impunidad sistรฉmica y la capacidad de los grupos criminales para desafiar el monopolio de la violencia legรญtima del Estado. En tรฉrminos de seguridad ciudadana, este asesinato marca un nuevo quiebre en la confianza colectiva: aun cuando las estadรญsticas oficiales arrojan una reducciรณn relevante en el nรบmero de homicidios diarios, este tipo de crรญmenes de alto impacto siguen erosionando la legitimidad de las instituciones, pues demuestran que la fuerza estatal no logra proteger ni siquiera a quienes encabezan o forman parte del gobierno, en cualquiera de sus niveles.
El homicidio de Manzo desato protestas violentas en Michoacรกn, y tambiรฉn demandas de mayor intervenciรณn federal y la salida del gobernador (cosa que no va ocurrir, si continรบan en sus cargos el de Sinaloa, Tamaulipas, cobijados bajo el manto protector del seรฑor de Palenque). La presidenta Sheinbaum enfrenta el momento mรกs complicado de los 13 meses y dรญas que lleva en Palacio Nacional y la crisis mediรกtica no ha podido ser “apagada”, a pesar del incidente de acoso sexual, yo pienso fabricado por su equipo, y ojalรก me equivoque. Las mรบltiples reacciones adversas por el crimen del alcalde de Uruapan, se multiplicaron en redes, debates, medios. La ejecuciรณn de Manzo, quien siempre se distinguiรณ por su arrojo en la lucha contra el crimen organizado, provocรณ una ola de indignaciรณn que no habรญamos visto desde hace varios aรฑos. Al gobierno federal le reprochan no haber atendido correctamente los llamados que el alcalde hizo para pedir ayuda federal., que tiene potencial para escalar polรญticamente si no se resuelve rรกpido.
El estado de Michoacรกn pasa por una situaciรณn crรญtica desde hace ya un par de dรฉcadas. La crisis viene de tiempo atrรกs, pero se ha empeorado en los รบltimos aรฑos y es evidente que la lucha que enfrentan los alcaldes y la poblaciรณn contra los carteles criminales es terriblemente desigual y los expone a ellos, sus familias y colaboradores a la respuesta sangrienta de los criminales. Los delincuentes buscan cogobernar con las autoridades y eliminar a quienes se oponen. Rescatar al Estado significa que las autoridades del รกmbito federal y local repliquen lo que hacรญa Carlos Manzo, actuar en funciรณn de la gente, no de los intereses polรญticos o partidistas. Hacerlo con valor y compromiso. Ser intransigentes ante los criminales y dejar de pensar en tรฉrminos ideolรณgicos o partidistas. Los enemigos estรกn a la vista, son los delincuentes, no los adversarios polรญticos, mucho menos los medios de comunicaciรณn que dan cuenta de lo que ocurre. Rescatar al Estado significa recuperar la legalidad y la justicia y, lo fundamental, gobernar para todos. Pero Michoacรกn no se rinde. El estado que simboliza y confirma el fracaso del Estado mexicano y de todos sus gobiernos de los รบltimos 25 aรฑos para enfrentar, controlar y contener el imperio del narcotrรกfico que hoy gobierna este paรญs, ha tomado la bandera de la sublevaciรณn y la protesta para gritar un ¡ya basta! de la violencia que ahoga y asfixia a los michoacanos y al resto de la Repรบblica. En ciudades como Uruapan, Morelia, y Apatzingรกn, que son las tres regiones geogrรกficas y productivas del estado: Bajรญo, Meseta Purรฉpecha y la Tierra Caliente, ha surgido un hartazgo y un cansancio de la poblaciรณn michoacana que ya no quiere vivir en el miedo, la extorsiรณn, la muerte y desapariciรณn que comete diariamente el crimen organizado contra los mexicanos que trabajan, producen y pagan impuestos (dobles: al gobierno y a los narcos) y que no reciben a cambio protecciรณn y seguridad por parte del gobierno, ni tienen tranquilidad ni paz para ellos y sus familias, lo cual es una vergรผenza para la 4T y para el gobierno de Sheinbaum.
En esta grave coyuntura de violencia que ha hecho cimbrar al fragilรญsimo “segundo piso de la 4T”, Michoacรกn y sus pobladores le estรกn mostrando a todo el paรญs, como ya lo hicieron en otras etapas de la historia, que el camino para terminar con de la violencia del narco y el narco-gobierno que hoy doblega a todo Mรฉxico, no estรก en agachar la cabeza y paralizarse por el miedo; mucho menos en estirar la mano y recibir dinero del gobierno a cambio del voto y de lealtad polรญtica. El mensaje que hoy manda esta entidad rica en historia y recursos, a todos los mexicanos es que los opresores, sean del narco o del gobierno o de la colusiรณn y complicidad de ambos, mandarรกn hasta que los ciudadanos de este paรญs dejemos de ser cobardes y alcemos la voz para gritarles a criminales y gobernantes, que hoy se sienten dueรฑos absolutos del paรญs, que Mรฉxico es mรกs grande que la violencia de los carteles y que cualquier partido o rรฉgimen que crea tener la verdad absoluta. Cuรกntos estados mรกs han vivido y viven desde hace al menos 20 aรฑos la misma tragedia de ver caer a sus ciudadanos buenos y valientes a manos de la crueldad del narco (Chiapas, Guerrero, Jalisco, Oaxaca, entre otros). en cuรกntos municipios de Mรฉxico han asesinado a alcaldes, a regidores, a ciudadanos inocentes por no querer doblegarse ni callarse ante los capos de la droga y sus sicarios, por no pagar derecho de piso, por no aceptar negocios sucios o simplemente por estar en la calle o en un espacio pรบblico en el momento menos indicado.
Y en el plano externo, en Washington, los halcones confirman a Mรฉxico cada vez mรกs, como un Estado sometido a los cรกrteles de la droga, incapaz de garantizar su propia seguridad interna y, por ello, potencial amenaza hacia el norte, el gobierno de Trump tiene toda la razรณn, aunque los polรญticos mexicanos, lo nieguen. Esta narrativa, que sirve tambiรฉn a intereses geopolรญticos, se alimenta de casos como el de Uruapan, donde el orden pรบblico se fracturo simbรณlica y materialmente. Por ello es urgente, que el Estado Mexicano, ademรกs de reducir el nรบmero de homicidios, devuelva la protecciรณn a la Sociedad, la capacidad de desalentar a la criminalidad y el control territorial. En ese sentido, la violencia polรญtica y criminal en Mรฉxico no puede abordarse sรณlo con tรกcticas represivas, sino que exige una reflexiรณn sistรฉmica sobre la relaciรณn entre el poder institucional, el crimen estructural y la lรณgica simbรณlica del terror.
Para enfrentar las causas fundamentales, de la violencia en la entidad, hay que implementar medidas, que incluyen, por supuesto, el enviรณ de militares y guardias nacionales a enfrentarse con los grupos criminales. El Ejรฉrcito es la รบnica instituciรณn que desde 2006, en forma ininterrumpida, se ha enfrentado a los criminales. Y lo ha hecho a un costo de vidas de soldados y oficiales muy alto, vidas que, desde el poder polรญtico, se suelen ignorar. A los criminales hay que golpearlos en lo รบnico que les duele: el dinero y sus propiedades. Pero, ademรกs y si se quiere atacar las causas profundas de la violencia y la inseguridad en un estado como Michoacรกn, se deben atender tres cosas que no estรกn en el plan de la 4T: la corrupciรณn de las autoridades estatales, el miedo de los funcionarios para actuar y la enorme ineptitud que muchos han mostrado desde las funciones de gobierno, y la salida del gobernador. Se tiene que hacer algo tan elemental como quitar los obstรกculos polรญticos que impiden emprender esa lucha.
ES CUANTO
๐ผ๐ฟ๐๐๐ฟ๐ฟ๐๐ “Si no se pone orden aquรญ en Uruapan, pronto a nivel nacional se escucharรก un levantamiento fuerte, de voz, de justicia y, si es necesario, hasta de armas, porque la gente ya estรก hasta la chingada”.
#๐๐ข๐ฎ๐ฐ๐ด๐๐ข๐ญ๐บ๐๐ข๐ฎ๐ฐ๐ด๐๐ช๐ณ๐๐ฆ๐ฐ๐ณ.
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