martes, 1 de febrero de 2011

Columnas


La Palabra de Antígona
Sara Lovera
ADRIANA MORLETT: DESAPARECIDA
Frente a una desaparición lo que parece invadir el alma es la angustia, la ansiedad, la zozobra, la congoja y un sentimiento que crece en espiral de desesperanza y desesperación.
Esa desaparición inexplicable, inquietante, nos coloca en un estado de desasosiego permanente. Es como si alguien hubiera quebrado toda racionalidad.
Desde septiembre del año pasado, Adriana Morlett desapareció. Era el 6 de septiembre, hace casi cinco meses. Ella dejó de estar, caminó a un no sitio, a un sin lugar, convertida en humo y sin señales de vida. Como si se la hubiera tragado la tierra, llevada por el viento, evaporada y ausente.
No volvió a casa. Tiene 21 años y vivía en la ciudad de México hacía poco menos de un años, con su hermano.
Ese septiembre, luego de ir a recoger un libro a la biblioteca central de la UNAM, se citó con Mauro Alberto Rodríguez Romero, pensaba ir a casa a ver unas películas y tras salir de la biblioteca, filmada por las cámaras de seguridad, simplemente se eclipsó. Se sumergió en este océano de la violencia que parece ser la imagen de México. Lo extraño es que días después el libro que pidió prestado regresó a la biblioteca y nadie sabe cómo.
Estudiante de la Facultad de Arquitectura, Adriana se había citado con amigas y amigos para tener una velada estupenda. La esperaban a las 8 de la noche pero no llegó. Ella fue a la biblioteca a las 7 de la noche, no tardó nada en gestionar el préstamo y ya, en la puerta de salida sonó su celular, era Mauro Alberto, hoy escondido, atrapado por quién sabe qué saberes sobre su amiga.
Por supuesto que las autoridades encargadas y responsables de investigar, de encontrarla, no han explicado nada. La desaparición de Adriana está en la impunidad y sus padres viven con ese desasosiego de la desesperación y la zozobra del no saber, del no entender. Se han dado cuenta del significado de la palabra impunidad que asola a nuestra realidad, esa impunidad que nos cubre y nos hunde todos los días frente a la injusticia y la desgracia.
Hace menos de una semana que la diputada Teresa Incháustegui, de la Comisión Especial de Feminicidios de la Cámara de Diputados, reveló que el Registro Nacional de Personas Extraviadas de la Secretaría de Seguridad Pública Federal (SSP), en la última década documentó la desaparición de 676 mujeres.
Los datos son siempre ilustrativos, pero atrás de cada una de esas 676 mujeres hay una vida, una historia, una gama de afectos, un cúmulo de experiencias y expectativas, de planes, de ilusiones.
Según la SSP de las 676 mujeres reportadas como desaparecidas, el 64.2 por ciento son mujeres de entre 10 y 24 años de edad, es decir, niñas y jóvenes.
Adriana está en la estadística, pero está en un no lugar, borrada, desvanecida en el mar de expedientes. Se trata, dijo la diputada Incháustegui, campechana y politóloga, que el número de mujeres desparecidas tendría que ser un asunto importante para la sociedad, esa masa informe que se debate en el día a día de las preocupaciones urgentes: el trabajo, el salario, su seguridad y la integridad individual.
La desaparición de mujeres en México, la de Adriana, por ejemplo es parte de los diferentes contornos de la violencia que se convierte en un tema, pero que no se resuelve ni se enfrenta por el Estado y la sociedad; que se nombra pero que no se confronta. Leyes van y vienen. Las desapariciones continúan inexplicablemente, sumidas en ese mar de amargura que desestructura familias, comunidades y país.
¿Dónde está Adriana? Seguro que es la pregunta cotidiana con la que le amanece a su madre, a su padre, a sus más queridas compañeras y amigas.
Es evidente que las autoridades federales incumplen su responsabilidad, no dan señas de eficacia, porque las desapariciones, esas que a nadie le importan, más que a las familias, como las organizadas en Coahuila o las tan antiguas buscadoras de hijos e hijas del grupo Eureka de la senadora Rosario Ibarra, sin encontrar respuestas.
Hace algunos días, la agrupación feminista Pan y Rosas lanzó un pronunciamiento sobre la desaparición de Adriana Morlett Espinoza y ha gritado fuerte:
¡La queremos de regreso!
El amigo de Adriana, explican las mujeres de Pan y Rosas, identificado como Mauro Alberto Rodríguez Romero e inscrito en la Facultad de Psicología de la UNAM, no explica si se encontró con ella y lo grave es que no se tienen más datos, porque el estudiante ante el temor a pasar de testigo a indiciado, primero evadió dar cualquier explicación y cuando finalmente se decidió a dar información, se mostró renuente argumentando que no quiere ser un «chivo expiatorio».
Dio dos versiones de los hechos: en una aseguró que al salir de la biblioteca, Adriana lo quiso acompañar hasta su casa «por tener una atención» con él y que en cuanto llegaron, él sólo dejó su mochila y la acompañó a tomar un taxi. Después dijo que fueron a su casa, porque Adriana quería ver un sofá que le iba a comprar y que posteriormente la acompañó a tomar el taxi.
Lo único cierto, cinco meses después es que la investigación está estancada, ya que Mauro Alberto acudió a la Comisión de Derechos Humanos del D.F. para interponer una queja contra las autoridades de la Fiscalía Antisecuestros, según él, ha sufrido actos de intimidación y lo han interrogado sin estar plenamente identificados como personal de la fiscalía o sin las órdenes judiciales correspondientes. ¿Y las autoridades lo dejaron libre?
El padre y la madre que vivían en Guerrero dejaron casa y empleo y dedican todo su tiempo, como parias a buscar a su hija, desde hace meses.
Ellos, como muchos ciudadanos y ciudadanas, hacen por vía libre sus investigaciones frente al casi nulo avance de las pesquisas que deben realizar las autoridades.
Se ha podido precisar que Mauro Alberto prepara un recurso psicológico que anule sus probables declaraciones. Es decir ¿no ha declarado? ¿Por qué pretende preparar este recurso psicológico de perder la memoria? Los padres de Adriana cuentan eso, que la familia de Mauro Alberto se los ha dicho. ¿Dónde está la autoridad? Pan y Rosas no se explica, el mar burocrático o la falta de todo ¿no se sabe? Esto es se ha oscurecido el contexto, las autoridades están muy ocupadas, no funcionan las oficinas judiciales o qué pasa.
El caso de Adriana muestra el desprecio que sobre la vida de las mujeres tienen las autoridades y aparece como única verdad la impunidad. Las militantes de Pan y Rosas sostienen que esta es una forma de violencia contra las mujeres, ya que los responsables de investigar la desaparición, sólo dicen: «No tenemos nada».
Lo irracional es que el marco legal que nos rige establece que tras una desaparición, la búsqueda no se inicia hasta 72 horas después, cuando la experiencia –como sucede en Ciudad Juárez- muestra que en las primeras horas después de la desaparición de una persona son cruciales. Lo asombroso que es la pasividad a pesar de pruebas, como el que «alguien» regresó a la biblioteca el libro que Adriana sacó, sin haberlo reportado; o ante llamadas como la que recibió la mamá de Adriana, de que la tenían privada de su libertad para prostituirla. Llamada que se realizó desde un teléfono público de la delegación Gustavo A. Madero, pero que los policías «no pudieron localizar».
Hoy las mujeres organizadas gritan ¡Devuelvan a Adriana!
saralovera@yahoo.com.mx

Columnas


El Grillito sin censuras

Alfonso Cerdenares Domínguez
**Se cumplieron nuestros pronósticos: Ganó Aguirre… **Ya estábamos hartos de la Guerra Sucia… **Nunca estaremos de acuerdo con la construcción de La Parota…
LO PREDICHO POR NOSOTROS, DESDE QUE PRÁCTICAMENTE INICIARON LAS CAMPAÑAS A LA GUBERNATURA DEL ESTADO, FINALMENTE SE CUMPLIÓ: Ángel Aguirre ganó la elección, y lo hubiese hecho si el PRI lo hubiera candidateado, pues el gane lo tenía «de calle»; hasta con la mano en la cintura derrotaría al partido del Sol Azteca y a todas las coaliciones juntas que se hubiesen integrado en contra de él, pero bueno, por ahí dicen que los «hubiera o hubiese» no existen y que solamente los frustrados son los que los evocan; nosotros no estamos frustrados, sino por el contrario, estamos –si no felices –sí conformes con los resultados de la elección, pues la jornada electoral se llevaron a cabo de manera, por demás, pacífica, pese a las amenazas que se profirieron por teléfono a cualquier hora del día, desde la víspera de la instalación de las casillas; tal vez fue el coraje de la gente, en torno a esa incertidumbre, la que los hizo salir de sus hogares para hacer uso de su derecho cívico de votar; grandes filas se formaron desde temprano en una incapacidad demasiado usual del Instituto Electoral del Estado de Guerrero, IEEG, ya que no es la primera vez que las boletas de las casillas especiales se agotan apenas pasado el mediodía, por lo que debieran de prever dotar de más papeletas a estos centros de acopio; definitivamente, a Manuel Añorve Baños, «El Choky», lo hundieron sus propias mentiras, sus desplantes ante la gente, sus regaños a sus operadores de campaña y toda esa guerra sucia que sus corifeos implementaron a lo largo de estos meses de campaña, de tal forma que algunos YA ESTÁBAMOS HARTOS DE TANTA PORQUERÍA QUE NOS ENVIABAN A NUESTRO CORREO ELECTRÓNICO; ahora, ahí están los resultados, aunque muchos ya los veíamos venir al analizar las gráficas de las concentraciones que cada uno de los candidatos enviaba y se publicaban en los medios de comunicación, tanto en Internet como en la prensa escrita; el equipo de Añorve, jamás envió una gráfica «paneada» o panorámica; en cambio, la gente de Aguirre Rivero demostraba cómo atestaba los jardines centrales de las poblaciones que visitaba; nosotros recordamos una foto tomada de la bahía de Acapulco, cuando realizó su cierre de campaña en ese puerto; la gente no cupo en el zócalo porteño y se desparramaba hacia ambos lados, sobre la Costera Miguel Alemán; la gente confió en Aguirre y por eso salió a votar por él, tal vez no por el PRD, ni por el PT, o por Convergencia, ni por el PAN, sino por él, por Ángel Aguirre Rivero; ahora le toca a él corresponder al pueblo de Guerrero, que no nos falle como lo hizo Zeferino hace casi seis años, que no surja el desencanto entre la ciudadanía; sabemos que es un hombre con experiencia, con buen trato a la gente, pues siempre espera a que nadie se quede sin ser atendido; le gusta escuchar y que lo escuchen; el único defecto que, al menos no concordamos con él es EL CASO DE LA HIDROELÉCTRICA LA PAROTA, NOSOTROS NUNCA ESTAREMOS DE ACUERDO EN SU CONSTRUCCIÓN, pues afecta a más de 40 pueblos, cuya desaparición sería inminente, será bueno que don Ángel, ya ungido gobernador, haga un verdadero referéndum, no entre los acapulqueños, no los chilpancingueños, sino entre la gente que se verá afectada en la inundación de sus tierras y, si ellos aceptan, que se construya; si no, que se busquen otras alternativas; veremos qué pasa después del 1º de abril, fecha en que tomará las riendas del estado y le diremos adiós a uno de los más nefastos y marrulleros de los gobernantes, quien irá a parar al basurero de la historia de Guerrero; finalmente, nuestras condolencias para los apasionados seguidores de Choky; lo mejor será que acepten su derrota y… ¿quién es el que anda ahí? Comentarios y sugerencias: E-Mail: alfcerdenaresd@hotmail.com

Cronijuego


Columnas

Falconario

Jorge Falcón
A LA VICTORIA, YA LE SALIERON PADRES
Jano, es el personaje mitológico de dos caras. Una al frente y otra en la parte posterior. Jano, es un símbolo muy ad doc, en la política mexicana. Pero más entre los cínicos, los que buscan culpables frente al espejo, sin saber que ellos mismos son parte de esa máscara de sinvergüenzas.
Jano, vive en todas partes. Hoy que nació la Victoria, esa esperanza que muchos entendieron y supieron cultivar, le dieron el derecho materno de ser padres de esa parte que habrá de crecer entre un desarrollo armónico y una esperanza de realidades.
Ayer, quienes como matronas y parteras quisieron matar el producto; utilizando para ellos los brebajes que pudieron haber abortado. Hoy se ciñen la frente como los propulsores de un gran esfuerzo para que esa victoria llegara en el momento indicado en una jornada parturienta de menos de 12 horas.
Esos desleales que truncaron como padres desobligados un buen desarrollo de la victoria; hoy se quieren eregir como los vientres maternos. Pero ha quedado claro ante los ojos de la comunidad que esos ni madres, ni corazón tuvieron para lograr el nacimiento de esa luz de esperanza. Hoy, a la victoria, ya le salieron muchos padres que ni son bellos, ni solícitos.
P.D. ¿Habrá a algún guerrerense que le importe que hayan hackeado el Portal del gobierno del estado de Guerrero?


Más de cinco cráteres que son la envidia de la luna, se han formando en la calle Emiliano Zapata, del centro capitalino, debido a la pésima calidad de la empresa constructora que se hizo responsable de ese proyecto, contratado por el Ayuntamieno que presidente Héctor Antonio Astudillo Flores, en donde se arrancaron árboles de más de 20 años de existencia y que oxigenaban el ambiente. (Foto: Teodomiro Ortega de la Cruz).