lunes, 25 de julio de 2011

Para dejar la pobreza
y hambre a la putería
CHILPANCINGO, GRO. 24 de julio 2011.-Se ve muy joven, quizá de unos 16 años de edad, es aún colegiala y ya se dedica a la prostitución, esa tarde de sábado Lorena Esmeralda, como gusta que le llamen, se ha alistado para acudir a una casa de citas, de las tantas que hay en la capital de estado, nos obsequia dos fotos pero pide que si se publican se diga que no se dedica “a la putería”.
“Me escribe saludos o lo que sea, o me felicita”, pidió al reportero con presura, pues argumentó que su madre desconoce su actividad, y que no se atreverá a decírselo nunca pues podría enfermarse, algo que no quiere, pues carecen de recursos suficientes, y sobre todo, porque su padre las dejó solas. A su suerte en esta crisis que carcome.
La señora dueña de la casa de citas a donde acudirá esa tarde lluviosa, ha permitido que las jóvenes estudiantes se ganen el dinero de esa forma, explicó la estudiante “y pus lo deja porque le conviene, así entran más hombres y gana más dinero, y nosotras también ganamos algo, pa los estudios”.
Sí, para sus estudios, y para darse un lujito, quizá, ropa, zapatos y hasta joyas. Un iPAD, un Black Berry, o hasta un vehículo “¿por qué no?, yo quisiera llevar a mi madre a todos lados en nuestro propio carro”, para que no se canse, para que la gente ya no se burle de su pobreza.
Soñar con una Coca y unas donas
—Esto que haces, Lorena Esmeralda, digo, si quieres que te llame así…
—Sí, como quiera, al fin que así me conocen allá en la “casa” —dice al referirse a su centro de trabajo, o el lugar de las puterías como ella misma dice—, y si usted va a verme allá, así pregunta, y salgo luego.
—…Bueno, pues te decía y me salta la duda si lo haces con esa convicción y esa rebeldía por ya no vivir como vives, porque me imagino que tuviste muchas carencias después de que las dejó tu papá.
La joven agarra lo último de la pregunta y se le humedecen los ojos, en un acto de llanto contenido, “mi papá… en veces he creído que nunca nos quiso, la verdad yo le tengo mucho odio, nos abandonó como perros, yo iba en la primaria y mi mamá no tenía ni para comer. Entonces todavía vivía mi hermano con nosotros, no se casaba”.
Días de angustia, que se contentaban dentro de su casa de madera, con ver la televisión blanco y negro, regalo de su madrina de bautizo, saboreando la comida chatarra que se publicitaba en la pantalla, “yo soñaba con comer Sabritas y una Coca, o unas donas, nomás se llenaba de saliva mi boca, y también la de mi hermano”.
Al lado nuestro, y durante la plática, como una testigo de que cumpliera el reportero con las condiciones para se diera la entrevista, estaba una de las que participarán en la marcha de las putas, esa que se prepara el 29 de julio en las calles de Chilpancingo, no pronuncia una sola palabra, solo observa a detalle las facciones de la jovencita.
Y es que en el momento de hablar de su padre, Lorena se ve tan indefensa, que a pesar de las redondeces de su cuerpo que los mallones azules con una minifalda montada le resaltan, se nota su escasa edad. Es casi una niña. Y con los ojos húmedos se va aún más pequeña.
“Yo quiero sacar a mi madre de donde vivimos, que ya no lave ropa ajena, que se ponga ropa nueva ella, zapatos, le he comprado cosas, pero muy pocas porque no quiero que se dé a notar que gano dinero”. Sus argumentos son sólidos, sin duda, sobre todo en esta sociedad donde la crisis golpea, sociedad santiguada y llena de tabúes.
—¿Y cobras bien, Lorena Esmeralda?
—Pus lo justo.
—¿Y cuánto es “lo justo”?
—De a 500 a mil pesos, a los viejos les gustan mujeres como yo, jóvenes.
En ocasiones el pago a taxistas, en especie
Mil o 500 pesos por cliente, es buen dinero, se les dice, de tal forma que en ocasiones debe irle muy bien, se embona la curiosidad, “sí, digamos, pero también en ocasiones me va mal, no saco ni para el taxi”.
—¿Y cómo le haces para ir a tu casa?
—Pus le digo al taxista que mañana le pago o de plano, así cuando no me conocen o creen que es cotorreo, me piden que les pague con la boca…
—¿Con un beso en la boca?
—No, usté sabe a qué me refiero, les doy ¿cómo se llama?, les doy gusto en su cosa con la boca.
—Ah, sexo oral… es algo digamos, incorrecto ¿no?
—A la mejor, pero ellos quieren y pus yo, sin dinero, la verdad tengo que hacerlo. No siempre cobro los mil o los 500, depende de cómo se deje el cliente. O cómo vaya “forrado”, los más ladinos son los políticos.
Una Sodoma y Gomorra chilpancingueña donde no pueden faltar los políticos, “que se encuentran en todos lados, menos en donde debieran”, interviene por fin la testigo, esa misma que nos enlazó con Lorena Esmeralda, la niña prostituta, se ríe por un momento y vuelve a su hermetismo.
—Lorena, ¿y tienes novio?
—Sí, un compañero de la preparatoria.
—¿Y no tienes miedo de que se dé cuenta en lo que trabajas?
—No sé, pero si ni me mantiene, si algún día se da cuenta, ya se verá si quiere seguir conmigo, de él va a depender.
Lorena tiene muchos sueños, y uno de ellos es lograr terminar su carrera de abogada, porque supone que ganan mucho, y es allí donde se hacen relaciones para llegar a los cargos, explicó muy convencida la jovencita. Hace una pausa y le pide a su amiga, al testigo, la enlace pues de la entrevista, que si le puede dar un café, porque empieza a sentir frío, de seguro por las ropas ligeras que porta.
La jovencita es una prostituta de las tantas que se les escapan en sus estadísticas a los funcionarios municipales, esos que cuentan a medias o lo que les conviene, seres cómplices de las irregularidades, en esta Sodoma y Gomorra capitalina, donde se ve de todo. Y depende del cliente, expresó Lorena Esmeralda, para finalizar, siempre y cuando, advirtió, tuviera con qué pagar.
La plática podría seguir, dejó la promesa Lorena Esmeralda, un día cuando tuviera más tiempo, pues debería ir ese día sábado a cumplir con su trabajo vespertino y que se podría prolongar por la noche y madrugada, todo dependería de cómo pintara, que así con la angustia vivida, Lorena Esmeralda no quiere volver a vivir penurias ni hambres, no quiere esa pobreza que aniquila y que todos, incluidos los políticos, ven con indiferencia.

2 comentarios:

  1. pues yo creo que deben ustedes ayudarla en buscar un trabajo onrrado i donde su dinero sea limpio ino de esas cosas que no sedebe aser por que parami eso estamal yo soy mujer pero impormas que fuera pobre aria algo asi .soy de marquelia . plis ayudenla sies joven todabia tiene una bida por delante

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  2. yo quiero su dirección para poder ayudarla comenten

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