COLUMNA

La Jaula de Dios

Jesús Pintor Alegre

La entrevista imposible a Ángel Aguirre Rivero

(Realizada en el País de las Maravillas)

Nadie nos daba crédito de nuestros alcances y nuestra capacidad de gestión, «a mí no me tiemblan las piernas ante el presidente de la República o ante un secretario para exigirles más recursos para el estado», asentó el gobernador Angel Heladio Aguirre Rivero, sentado bajo al sombra de El Partenón, en Zihuatanejo, el símbolo de la corrupción como le llamó el rector de la UAG, Ascencio Villegas Arrizón.

Y Allí, con una limonada por aquello de combatir la obesidad y ya no tomar ahora sí, ni un refresco negro, el mandatario estatal exclamó ante la grabadora y en exclusiva, que hay muchas diferencias entre este gobierno al de cuando fue interino, en un acto por parecer gracioso asentó «bueno, antes que otra cosa la edad es diferente, soy más grande…», como más grande el poder, debemos suponer, se le dijo.

«No bueno, se trata de ayudar a la gente, hemos hecho muchas cosas y vamos a seguir, por ejemplo en Acapulco…», gobernador, se le interrumpe a su lista de obras y favores hechos a los guerrerenses que ya preparaba para saturar la grabadora, «¿es cierto que Tierra Caliente ya no es foco rojo?, ¿qué ya todo está solucionado con las visitas de los secretarios a esa región?».

—Desconozco quién le puso la etiqueta de «foco rojo», yo no fui.

—De acuerdo, pero la gente sigue huyendo, los negocios han cerrado hasta en un 50 por ciento según las autoridades locales…

—¿Y porqué no hablamos de mi ganado en Ometepec? —Refuta el mandatario estatal—, aunque le advierto que me molesta hablar también de esos del cartel no sé como se llama, que me cuelgan milagritos y hasta me inventan parientes.

—¿En Guerrero todo va bien?

—Claro, ¿tiene alguna duda?, no es fácil ser gobernador, ¿usted ha sido gobernador alguna vez?, ¿verdad que no?, yo hasta dos veces, y si se pudiera, buscaría la tercera por aquello de que la tercera es la vencida.

—¿Vivimos ahora en el País de las maravillas?

—Hay que ver a los secretarios y otros, que ahora quieren ser senadores, diputados federales, diputados locales, y hasta alcaldes, claro que este estado es el de las oportunidades, todos quieren ser algo, hasta Héctor Vicario Castrejón o Sebastián de la Rosa Peláez.

—Oiga y por cierto ¿en su gobierno vamos a ver esclarecido el crimen de Armando Chavarría Barrera?, ¿el de José Bajos Valverde?, ¿la golpiza a Sánchez Nava?, ¿se reabrirá el caso Aguas Blancas?

—No, pérese, tantas preguntas, no, si no estamos con Chabelo y usted no catafixia nada, lo que yo puedo decir es: a lo mejor a todo.

—Es una respuesta muy ambigua y vaga, escasa pues.

—Yo no me voy a entretener con los pecados del pasado, quiero ver hacia adelante, quiero gobernar a mi pueblo, quiero que me recuerden como un gobernador capaz.

—Me está diciendo en definitiva que no va a hacer nada.

—¿Cómo no?, ya vamos a arrancar con el metrobús en Acapulco, avanzamos la obra de agua en Lomas de Chapultepec, voy a dar más becas, ya dimos útiles escolares, vamos a ayudar en este mes a más mujeres hasta llegar a 7 mil madres solteras…

—¿Pero de los crímenes?

—También vamos a hacer cosas para Chilpancingo, Iguala, Zihuatanejo, ya Tierra Caliente ya no es pobre…