martes, 24 de abril de 2012

COLUMNA

La Jaula de Dios

Jesús Pintor Alegre

Tiene razón el ex alcalde de Pungarabato, Víctor Mojica Wences, al decir que la ideología política ha desaparecido entre esos que jalan la Res Pública, famélica de por sí, pues el hecho de que dejen un partido para irse a otro, no puede decirlo de otra forma, y es que se van digamos del PRD al PRI, del PRD al PRI, o hasta al PAN, y del PAN a cualquier otro, en un acto del cinismo que hasta llega a doler.

¿En dónde se encuentra esto de la formación ideológica de cada uno de los actores políticos?, es un mito genial, encuadró el que ya fuera presidente municipal de Pungarabato, y hasta ahora el único perredista que ha podido ser alcalde del municipio más importante de la Tierra Caliente.
 No es fácil creer que un hombre que ha crecido por décadas en un instituto político, de un día al otro, se sientan atraído por sus propios ideales, por otro diferente, es claro que hay ejemplos muy claros de esta incongruencia: priistas que se ponen la camiseta amarilla o al revés, y que ha sido un truco mediático y publicitario en las campañas proselitistas, con la idea de que cada vez convence más.
En ese acto indigno y patético, se observa a ese que inclusive quema su camiseta que ha portado con maquillado orgullo, en público y lo hace entre gritos ensalzando al que pertenece en esos momentos. Hay una premisa que aclara sin muchas vueltas, que quien traiciona una vez, lo hace mil, y esto es innegable.
Y es que de estas prácticas que se han visto en estos días de campaña federal y próxima, local, enturbian las entendederas, y agobian la inteligencia humana, se vio en lo inmediato atrás, con Manuel Añorve Baños que buscaba la gubernatura, que casi en cada presentación pública alguien se quitaba la camiseta amarilla para colocarse la del PRI… un acto que se hizo hasta característico y como truco de crecimiento.
Ahora se observó a Rafael Higuera Sandoval, y Bladimir Calderón Urióstegui, de Coyuca de Catalán y Tlapehuala, respectivamente, quienes tras no recibir en el PRI lo que buscaban, aunque ellos lo manejan en otros conceptos, decidieron irse a otro partido, al PRD específicamente, tras la operación de Socorro Sofío Ramírez Hernández.
 Hombre del poder, o delfín oficial, que inclusive ha invitado a Gustavo Juanchi Quiñones al que le arrebataron la candidatura de la diputación federal 01 en su partido el tricolor.
En la conferencia de prensa ofrecida ayer, fue inquirido sobre el tópico, y sólo dijo que lo que se platica en privado se deja en privado.
Ante la insistencia sobre el ofrecimiento, este mismo personaje que fue metido con cuña a la candidatura de la senaduría perredista, aseguró ser amigo de Juanchi Quiñones, y que si se dirige a él es porque es presidente municipal de Pungarabato, en una clara ofensa al alcalde de este municipio calentano, pues Jesús Castillo Romero ya lleva casi dos meses en el cargo.
La migración de políticos despechados a otros partidos, es por ahora la moda, y el acto que debe convencer que realmente están creciendo en esta campaña en la que galopa la incredulidad ciudadana sin duda.
Un día anterior, el coordinador estatal de la campaña del presidenciable del PRI, Héctor Astudillo Flores recurrió al canto de las sirenas, para decir que su candidato, Enrique Peña Nieto es inalcanzable, porque su campaña es en positivo, por lo que la lucha de los otros candidatos, se reduce a ver quien queda en segundo lugar.
 No cabe duda que estos momentos el sincretismo de la sandez, se reproduce como la mala hierba, sin importar las perogrulladas que se vierten insolentes en este vaso del populacho que ya está a punto de derramarse. Y que de cierto, al parecer nadie va a poder evitar.

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