Víctima de la represión del gobierno fascista priista de los años 70 y 80, quien por luchar por los derechos humanos de los más pobres entre los pobres de su querido terruño Atoyac, por quienes perdió hasta su plaza de maestra; la luchadora social y ex guerrillera Hilda Flores Solís, ayer por fin se fue a descansar de su infatigable combate contra la corrupción, inequidad y opulencia de los gobernantes.
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