lunes, 15 de junio de 2015

COLUMNA

 Cosmos

Héctor Contreras Organista

DE COLOMBIA VINO EN MUSICA LA ALEGRIA
 Era el despertar de los años 50, del siglo pasado. 
Chilpancingo no era todavía la capital más fea del país; había otras que le rebasaban con increíble facilidad. Sin nombres, para no ofender.
Las diversiones variaban: Jaripeos, fiestas de los barrios y las danzas. Había box, lucha libre, circos, tardeadas familiares de toronjil, la Banda de música y sus serenatas en el jardín “Cuéllar” –antes en el “Bravo”- y, en ese entonces, como desde principio de siglo, pasaban por aquí carpas con teatro. En una de ellas venía la mamá de los famosos actores hermanos Soler, la actriz valenciana Irene Pavía Soler. Dio a luz a Domingo, en una casa de la avenida Guerrero, el 17 de abril de 1901. El papá fue Domingo Díaz García, actor gallego.

En los años 50, el radio empezó a entrar con fuerza en los hogares. Ya la XEW era “La Voz de la América Latina desde México”, pero también se escuchaban la XEQ, RCN, Radio Centro, “con música ligada a su recuerdo” y otras no menos importantes, como “La B Grande México”.
La programación radiofónica era muy variada; en la XEW se presentaba lo mejor de la música mexicana: canciones rancheras, boleros y corridos; tangos, danzones, mambos, porros e instrumentales de las grandes bandas (Coleman Hawkins, Lester Young, Jimmie Lunceford, Louis Armstrong, Benny Goodman, Glenn Miller, etcétera), todo cuanto pueda imaginarse de la época.
Lo que con mayor fuerza pegó en el gusto popular fue la música tropical que en términos generales se pensaba venía de Cuba, y todo porque estaban en boga el gran Beny Moré y las orquestas incomparables de Acerina, Sonora Matancera, Pérez Prado, el chiapaneco Rafael de Paz; Chucho Rodríguez y su éxito: “Ay cosita linda, mamá”; Ernesto Duarte, Luis Arcaraz, Carlos Campos y los hits de Tony Camargo, Nelson Pinedo, Bienvenido Granda, Celio González y la enorme Celia Cruz, creadora de “El yerberito”: “Se oyó el rumor de un pregonar que dice así: El yerberito llegó, llegó… Traigo yerba santa pa’ la garganta y traigo la ruda pal que estornuda”. 
Siendo jovencillos, nos enteramos que no todos los éxitos musicales venían de Cuba, llegaban de Colombia. Se despejaron dudas porque la mezcla entre artistas mexicanos y colombianos hizo historia, de intérpretes y de compositores.
Por ejemplo: Noel Petro (nacido en Cereté, Córdoba, Colombia en 1936) entró en México como un huracán que muy rápido se metió en el gusto mexicano con sus éxitos: “Me voy pa’l Salto” y “Cabeza de Hacha”.
“Mi Tinajita” y “Mi Cafetal”, por años estuvieron en el gusto del público mexicano, el del sur de los Estados Unidos y en casi todos los países de Latinoamérica y se pensó en un principio que las cantantes de esos éxitos, Las Hermanas Lima, eran cubanas o colombianas. Pero no. Eran mexicanas nacidas en Atlixco, Puebla. Eran tan orgullosamente mexicanas que grabaron canciones rancheras firmando sus grabaciones como el “Dueto de Las Atlixqueñas”, entre ellas: “Qué milagro charrita”. Pero en sus éxitos colombianos eran las “Hermanas Lima”.
MI TINAJITA: “Cuando me vaya para el valle, quién se acordará de mi. Hombre, solamente mi tinaja, por el agua que me bebí. Tinajita linda, no te pongas a llorar, que tu tinajito sé que pronto volverá. Ay, yo tenía mi tinajita, ay un jarro me la quitó; mira como llora mi tinaja, ahora cómo compongo yo. Ay tinajita de mi vida no te pongas a llorar, mira que tu tinajito lindo ya no te puede abandonar. Tinajita linda no te pongas a llorar, que tu tinajito sé que pronto volverá”.
MI CAFETAL: “Porque la gente vive criticando me paso la vida sin pensar en ná. Pero no sabiendo que yo soy el hombre que tengo un hermoso y lindo cafetal. Nada me importa que la gente diga que no tengo plata que no tengo ná. Pero no sabiendo que yo soy el hombre que tengo mi vida bien asegurá”.
Las canciones, no llevaban más que la cadencia de un ritmo tropical novedoso y aparentemente muy sencillo de ejecutar, pero contagió musicalmente un continente. Al paso de los años, nadie supo interpretar esas melodías con el sabor de Las Hermanas Lima. Casi no fueron reconocidas, como lo merecían, las mexicanísimas hermanas Lima: Celia y Delia, ni en México ni en Colombia.
También de Colombia vinieron otras canciones que en México fueron y siguen siendo muy populares y muy queridas y se ignoraba su origen. Tenemos por ejemplo: “Espumas”, canción éxito de Javier Solís, composición del doctor  Jorge Villamil y “Llamarada”, con Manolo Muñoz, del mismo autor, nacido en Neiva, Colombia en 1929. Y, obviamente que después llegó El Vallenato.
Por los rumbos de la Costa Chica de Guerrero estuvo trabajando por mucho tiempo el recién fallecido artista colombiano, Aniceto Molina. Murió el 30 de marzo del año en curso. Nació en El Campano, de Pueblo Nuevo, Córdoba, Colombia en 1939, el 17 de abril y murió en San Antonio, Texas, a consecuencia de una complicación pulmonar, según informó a la prensa su hijo, Johnny.
Una de las canciones más hermosas de Colombia es “Campesina Santandereana”, que a la letra dice: “Campesina Santandereana eres mi flor de romero, por tu amor yo vivo loco si no me besas me muero, me muero porque en tus labios tienes miel de mis cañales que saben a lo que huelen las rosas de mis rosales… Cuando bailas la guabina con tu camisón de holán, hay algo entre tu corpiño que tiembla como un volcán, es el volcán de tus senos al ritmo de tu cintura. Campesina Santandereana sabor de fruta madura”.
El compositor mexicano Federico Valades, autor de la bellísima canción “Asómate a mi alma”, escribió: “Bogotana Querida: Yo necesito un cariño, para consolar mi vida, un cariño como el tuyo, mi bogotana querida; que sepa amar con el alma y que me robe la calma con besos que lleven dentro tu corazón y tu alma; bogotana, bogotana eres flor de la Sabana que perfuma la mañana.
“Un corazón siempre tiene, alma, vida y sentimiento, y una ilusión lo mantiene firme y fuerte como el viento, por eso vengo a pedirte que me quieras bogotana, como se quiere en la vida cuando de verdad se ama…Bogotana, bogotana, eres flor de la Sabana, que a Monserrate engalana”.

2 comentarios:

  1. Maestro Héctor, un saludo desde Ciudad de Panamá y mis sinceras felicitaciones por tan invaluable recuento histórico que has hecho, acerca de la alegría que ha impregnado la música tanto de Cuba como de Colombia en tu hermoso país. Nos has hecho situar en el tiempo y en el espacio, porque fueron ritmos que nos acompañaron desde nuestra niñez hasta estos instantes, son recuerdos que hemos esculpido en nuestra historia y que alimentan nuestras vidas. muchas gracias...muchisimas gracias...

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  2. Inolvidables cumbias.Crecí con ellas.Estoy buscando en qué año las hermanas Lima grabaron La Tinajita y Mi Cafetal.

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