viernes, 3 de octubre de 2014

COLUMNA

Lectura Política

Noé Mondragon Norato

 Iñaki y los soslayos de la PGJE
Acaba de cumplir un año y tres meses en el cargo. Fue designado como procurador  de Justicia de la entidad y por unanimidad de votos de los diputados integrantes del Congreso local, el jueves 20 de junio de 2013. Pero su desempeño se ha medido en términos de bandazos desconcertantes. Más negativos que positivos. Así, Iñaki Blanco Cabrera, se convirtió  reiteradamente, en simple vocero de la estadística criminal. En los hechos, ha declinado asumir su papel de fiscal estatal. Su participación en al menos dos casos de altos decibeles mediáticos lo dibujan de cuerpo entero. Hay que ubicarlos.

LA POLÉMICA QUE ENVUELVE A IÑAKI.- Pese a que intenta, el procurador de Justicia no logra convencer sobre su desempeño como funcionario estatal. El delito está desatado e imparable. La violencia se incrementa grotesca y sistemáticamente. Los muertos se acumulan por todas las regiones. La impunidad se corona como la reina del territorio guerrerense. Pero hay dos acontecimientos que, literalmente, le queman los pies a Iñaki Blanco: 1.- El pasado 7 de noviembre de 2013, un juez del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), liberó orden de aprehensión contra el ex alcalde priísta del municipio de Tlapa de Comonfort, Willy Reyes Ramos. La Procuraduría de Justicia encontró elementos para obsequiar dicha orden, al encontrarlo como “probable responsable de autoría intelectual” en el homicidio del diputado federal priísta, Moisés Villanueva de la Luz y su chofer Erick Estrada Vázquez, hechos ocurridos el 4 de septiembre de 2011 y sus cuerpos encontrados hasta el 18 de ese mismo mes y año, en el vecino municipio de Huamuxtitlán. La viuda del finado legislador tricolor, Lucía Leyva Rojas, afirmó en marzo de este año, que la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) “le dio el tiempo necesario a Willy Reyes para que se diera a la fuga, porque a más de cuatro meses de que el juez emitió la orden de aprehensión contra el ex alcalde de Tlapa, no la ha ejecutado”. Esa denuncia se convirtió a la larga –y ya han pasado casi once meses desde noviembre a la fecha-, en sospecha. Porque efectivamente, el ex edil ya no fue localizado en aquel municipio de la región Montaña. Literalmente, se lo tragó la tierra. En consecuencia, la orden de aprehensión en su contra nunca se cumplimentó. Y en el centro de esta polémica apareció sin duda alguna, el procurador Iñaki Blanco Cabrera, quien no pudo dar una explicación convincente al respecto. Y con esa indolencia deliberada, le abrió cancha muy amplia a la impunidad. Pero sobre todo, a su propio desgaste como funcionario. 2.- Tras los hechos sangrientos ocurridos en el municipio de Iguala, la PGJE tardó demasiado tiempo en reaccionar. Porque si la primera escaramuza a balazos ocurrió a las 8 y media de la noche del viernes 26 de septiembre, el procurador Iñaki tuvo tiempo de sobra para movilizar a su personal a ese lugar, evitando así la balacera de la 1 y media de la madrugada del sábado 27. Hubo un lapso de 5 horas de anarquía en ese municipio. Se convirtió en tierra de nadie. Y ese vacío de autoridad sumó otros muertos a dicho escenario. Eso no fue todo. El pasado martes 30 de septiembre, el edil igualteco, José Luis Abarca Velázquez, se vio obligado a solicitar licencia por 30 días a su responsabilidad, derivado de los hechos mencionados. Salió de la sala de cabildos a las 3 de la tarde con 32 minutos. Y a las 3 con 35, un comando de policías ministeriales y estatales se presentó con la intención de operar su detención. Pero el edil con licencia se hizo ojo de hormiga. Es decir, en tres minutos se les esfumó. Ni siquiera el aparatoso operativo policiaco en la vivienda de Abarca Velázquez, justificó la acción punitiva. Porque si la PGJE de verdad lo hubiese querido detener, entonces ya lo debió estar esperado afuera del palacio municipal. Y no llegar aparatosa e intempestivamente, tres minutos después. El procurador de justicia les debe muchas explicaciones a los guerrerenses. Porque esta última acción lo hace ver mal de cuerpo completo. Se lee como si de soslayo, hubiese dejado escapar al ex edil. Y si a ello se suma el controversial asunto del ex edil de Tlapa, Willy Reyes, entonces Iñaki Blanco acusa un serio desprestigio al frente de esa fiscalía. Por elemental salud pública, ya debe irse.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Oportuno y sensible, el edil de Chilpancingo, Mario Moreno Arcos, se solidarizó con el equipo Los Avispones ante la tragedia de ver perdido a uno de sus jugadores durante los eventos sangrientos ocurridos en el municipio de Iguala. El alcalde promovió apoyos importantes para esa escuadra capitalina, amén de provocar la simpatía de los guerrerenses. Con ello, el edil le sigue abonando a los escenarios del poder en la prospectiva política.
dragonato@hotmail.com

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