lunes, 9 de marzo de 2020

ARTÍCULO

Siglo XXI urge surja consciencia
ciudadana en hombres y mujeres

Zoila Elena Solís Hernández*
*Violencia sistémica.“Todos quieren alto a la violencia y se manifiestan de forma violenta y en reclamos”.
*Consciencia: Conocimientos reflexivos de las cosas. *Conciencia: Capacidad de distinguir entre lo bueno y lo malo.
En México contamos con el derecho a las libertades fundamentales de la persona. Es igualdad, pero no sustantiva, es decir, no se goza plenamente. No son reales y palpables. Existen muchos obstáculos que el sistema mexicano genera desde sus estructuras con las instituciones e insti
tutos políticos, religiosos, culturales, de salud, educativos.
De primera instancia no somos en México una sociedad democrática que sea congruente realizando los valores de la democracia; libertad e igualdad.
Las estructuras sociales viven bajo el dominio de las paradojas sociales en que se convierten en ventajas para unos y desventajas para otros. Nadie es capaz de respetar y valorizar las diferencias. Creo ya se perdió el rumbo completamente.
Estas estructuras reflejan el diario vivir de los ciudadanos, en la que te haces empático a “fuerza” cuando las desgracias tocan tus intereses. México tiene con un gran número de personas en desventaja social y no cuenta con ellas, un gran número de personas en clase media y tampoco se cuenta con ellas y muchos más en vida abundante y tampoco se cuenta con ellos y ellas.
Quiero aclarar; que la desventaja social es “mental”, no de pobreza, esa que se comprueba cuando las condiciones de falta de oportunidades para vivir son escasas o precarias y la mental se comprueba y se refleja en la falta de conocimiento de su poder personal, de su poder ciudadano y que son presas fáciles de coaccionar, intimidar y utilizar para fines perversos de todos los poderosos y poderosas que intentan utilizarlos para que “voten” de manera emocional a favor o en contra de los representantes de los diferentes partidos políticos que se escudan en “propuestas ideológicas”, que son sólo eso, propuestas que muy pocos de los miembros cumplen a cabalidad y así funcionan todas las instituciones que componen el sistema político mexicano.
La violencia y discriminación sistémica, se genera cuando no se sigue haciendo nada para erradicar el origen de la desventaja social, la discriminación, la educación basada en estereotipos de género, desconfianza en las instituciones, minimizar los hechos, falta de respeto y tolerancia y el resultado es que pocos ciudadanos saben qué hacer ante un acto discriminatorio, no hay políticas de igualdad de trato, está todo caótico porque tampoco se vislumbran otras pautas de actuación; los mismos conflictos y pleitos de intereses de siempre. Existen políticas públicas paternalistas y clientelistas, pero no para que se empodere la sociedad civil y surja desde un hermoso nacionalismo la cultura cívica que nos lleve a la civilidad, que haya más ciudadanos defendiendo con su honor sus posturas sin agredir y lastimar los derechos humanos de otros.
En México se vive una “cultura de rodillas al sistema”. Difícilmente se podrá parar un mexicano por sí mismo porque prefiere estar sumido y humillado porque si se sale del sistema se le acaba todo. No es resiliente y tampoco existen políticas públicas que ayuden a “no tener miedo a ponerse de pié” Existen políticas públicas para “curar” pero no para que aprendas a no enfermarte. No les conviene así.
Dentro del sistema existen tres tipos de cultura política: La parroquial, se presenta en sociedades simples y no diferenciadas en que las funciones y las instituciones específicamente políticas no coinciden con funciones o estructuras económicas y religiosas. El segundo tipo es el llamado política de subordinación se presenta cuando los conocimientos, los sentimientos y las evaluaciones de los miembros de la sociedad se refieren esencialmente al sistema político en conjunto, pero se dirigen principalmente a la práctica del aparato administrativo encargado de la ejecución de las decisiones. Esta cultura pertenece política corresponde a regímenes políticos autoritarios. Los ciudadanos son pasivos. La tercera política llamada de participación, en esta se prevén posiciones activas del individuo. Se pondera los valores de la democracia libertad e igualdad.
Las muertas de izquierda, las muertas de derecha, los verdaderos pueblos originarios, los ricos, los pobres, los chairos y los fifís, los afros, etc, etc. todo es división y se generan desde el sistema la violencia contra todos por ser “diferente”. México somos todos y hacen falta instituciones valiosas, eficaces y eficientes para diseñar políticas públicas para “parar las prácticas de actuación que generan más violencia o la misma violencia de siempre.
La consciencia solamente se logrará si se cumplen al pié de la letra esas políticas que se diseñen para tal efecto. Un alto sentido del respeto al Derecho humano va lleno de conciencia; la capacidad de distinguir cuando un acto va dirigido a la activación, reanimación de la violencia o va intencionado a vivir en la paz que todos queremos y anhelamos.
Hacen falta instituciones, fundaciones, partidos políticos, todo el sistema político, social, económico a favor de la paz, a favor de hacer actos que no desaten más casos violentos.
El caos es cuando “etiquetamos” y echamos culpa de los casos sangrientos que nos han marcado con mucho dolor a todos desde tiempos inmemorables y por citar algunos: Guerra Sucia, Los 43 desaparecidos, las muertas de Juárez, el caso de Fátima, la guerra contra el narco, las omisiones resultado de los abrazos y no balazos, la muerte de los coperos, los mártires del 30 de diciembre, los mártires del día 18 de mayo, etc., etc y los que siguen sumando.
Las muertes del PRI, las muertes, del PAN, las muertes de MORENA. Y las que siguen de quien son responsabilidad. México es un país que reclama lo que “nos hacen” pero también es un país que se ciega en el dolor y el coraje y pocos se hacen resiliente. Pocos surgen después de caos, porque no hay políticas públicas sistémicas que te enseñen hacerlo.
La violencia sistémica será combatida y erradicada no como siempre “echando culpas y aprovechando la culpa para hacerte víctima y después vencedor.
Al que roba, al que mata, al que viola, al que intriga, al que domina, al que coaccione, al que consume un asesinato moral que pague su sanción ante la ley y que el sistema se adecue con nuevas formas, instrumentos que enseñen a la gente a vivir en paz y no a reproducir la violencia.
¡Por un México sin violencia!
*Lic. En Ciencia política y administración pública.
Maestría en Género Derecho penal procesal.
atoyac350@gmail.com

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