El cariño y los excesos
Apolinar Castrejón Marino
Había una vez un hombre rico que tenía una esposa joven y sorda. Una mañana, mientras desayunaban, ella le dijo: Ayer fui al mercado y miré vestidos de seda de Damasco, velos de la india y collares de Persia. Y aunque tú eres un hombre muy rico, yo solo tengo harapos.
-Pero querida, dijo el esposo, puedes ir al mercado y comprarte todo lo que desees.