Cosmos
Héctor Contreras Organista
Pronto habrá de celebrarse en Chilpancingo otra «feria» anual del mezcal, patrocinada, o por lo menos apoyada en todo, por el ayuntamiento local.
Chilpancingo, nuestra histórica ciudad ha ampliado y engrandecido su fama por la elaboración de su pozole y, sabido es que pozole sin mezcal no «cuaja» en ninguna tradición, porque sería como tomar toronjil sin semita. No va.
No se sabe exactamente la fecha en que la tradición comenzó en el barrio de San Mateo al unísono con el de San Antonio, pero ahí está.
Se estableció que es casi obligatorio para las familias chilpancingueñas consumir pozole miércoles en la noche, jueves a la hora de la comida, sábados por la noche y domingo en la mañana, que son unos fervorines familiares de los más arraigados en la tradición, pero, como anotamos: Consumir pozole sin mezcal es como… ¡Amar sin ser amado!... Como… ¡Lámpara sin Luz…!