Entre la verdad y la ficción
Jorge Luis Falcón Arévalo
AL FUNCIONARIO ATOYAQUENSE, LE CRECIERON LOS ENANOS.
Adecuar el comercio ambulante y semiambulantes del primer cuadro de la ciudad, lo cual es un problema de moral y de higiene; éste debe realizarse en franca comunión y ética de los comerciantes invasores de banquetas y calles, de la cual es propiedad la autoridad municipal y además es violatorio a cualquier reglamento del Bando de Policía y Buen Gobierno, «ocupar la banqueta y calle, que ponga en riesgo la vida de terceros, será severamente sancionado», reza la regla jurídica.