Cosmos
Héctor Contreras Organista
¡…Y NO ME CANSARÉ DE BENDECIR TANTA DULZURA
Una noche linda, de esas especiales de octubre, con luna llena iluminando a nuestro querido Chilpancingo desde donde grata y románticamente asoma como gran señora y se va elevando atrás de los cerros de oriente, me tocó asistir a las tribunas.
En ese entonces era el “Estadio Andrés Figueroa” y había unas tribunas dignas de llamarse así donde jugaron futbol nuestros antepasados integrantes de los equipos “Escuadra Roja”, el “Atlante”, el “Universidad Rojo”, el “Universidad Gris” y muchos, muchísimos más, el “Casa Lama”, por ejemplo… todos de muy gratos recuerdos.
Esa noche de octubre y en ese lugar (el año no lo recuerdo, pero aún era muy joven) tuve en suerte de presentar como maestro de ceremonias a un grupo de artistas de lo más grande de la época romántica que pudo haber tenido México.