viernes, 8 de diciembre de 2017

COLUMNA

COSMOS
Héctor CONTRERAS ORGANISTA
 RESCATAMOS EL TEMA DE LOS PASTORES PARA
LA ACOSTADA Y LEVANTADA DEL NIÑO DIOS
-Disco y Libro, ya están a la venta

DON NICOLÁS CATALÁN ESTEBAN, muchas gracias por la amable invitación que nos hizo para presentar este día 7 de diciembre en su programa ESCUCHA MI LENGUA, de RTG-Radio, nuestra más reciente publicación: LOS PASTORES DE CHILPANCINGO, que gracias al apoyo de grandes amigos quienes nos apoyaron, logramos grabar en un disco, con la voz maravillosa de BERSA AZABAY e imprimir los textos en un libro, conteniendo la Acostada y Levanta del Niños Dios.
La obra de referencia es de hecho un rescate cultural, de fe y tradicional que integra un paquete navideño para su venta, y se puede adquirir en las oficinas de la Asociación de Editores de Periódicos y Revistas de Guerrero, localizadas en la calle de Ignacio Ramírez 23, de once de la mañana, a dos de la tarde. O pueden solicitarlos (previa cita) a los números de WhatsApp: 74 71 20 26 26 y 74 71 92 52 16. Si lo desea adquirir desde el extranjero, dirigirse a contreras.cosmos@gmail.com
Explicamos en el programa radiofónico que dirige desde hace seis años
El perredista Mario Moreno Sotelo, regidor de Desarrollo Rural y su colega edil Cynthia del Carmen Corona García, de Asistencia Social y Desarrollo Social de la comuna capitalina en plática amena coincidieron en señalar que Elizabeth Vega Abarca, secretaria de finanzas y administración del ayuntamiento de Chilpancingo es atenta y resuelve los problemas  de su competencia.

ARTÍCULO

Libros que no son Libros
Apolinar Castrejón Marino
Con un dejo de pena y chacota, nos enteramos que Carmen Salinas va a escribir un libro, donde contará su “verdadera historia”.
No, no nos apenamos por lo que quiera publicar la diputada-corcholata, sino por el triste concepto que tenemos del libro en la actualidad.
Una anécdota cuenta que Fedro, el sofista griego de la antigüedad, compadecido porque sus paisanos fuesen tan ignorantes, un día sacó de su casa los 10 libros que tenía, y los colocó en la plaza pública para que fueran utilizados por la gente.
Cabe precisar que no eran libros como los que conocemos, sino unos rollos de pergamino; unas tiras enrolladas, de algo parecido a la piel, o tela. Lamentablemente, ese gesto altruista de Fedro, fue completamente inútil, pues sus paisanos simplemente no sabían leer.
En nuestro tiempo, de computadoras, de internet, de teléfonos

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