martes, 18 de enero de 2011

Columnas

Falconario
Jorge Falcón
SÍNDROME DE CAÍN
«Ambición desmedida y enfermiza», con esos términos contundentes califica Angel Heladio Aguirre Rivero, el comportamiento de Manuel Añorve Baños. Y vaya que sabe porque lo dice. El parentesco en ambos, es por conocimiento de causa. Por ello, la expresión, por la cercanía de años de trabajo. Por las familiaridades. Por su tutela. Por la falta de respeto.

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Memorandum
Gerardo Ruano Cástulo

EL LUGAR DE SOCORRO MONDRAGÓN EN EL AYUNTAMIENTO.
En dos años del gobierno municipal de Chilpancingo, ha quedado claro, demasiado claro, que la síndica Socorro Mondragón Sosa es el brazo derecho del presidente municipal Héctor Antonio Astudillo Flores. No solamente porque es notable la confianza que le tiene, sino porque parece haberse ganado ese lugar con base a su trabajo.
Compartir las actividades de fomento a la lectura que realizan, como la de leer diez minutos diarios en las aulas y en los honores a la bandera, así como de la entrega de un tríptico con información de alimentación sana para toda la comunidad escolar, fue el motivo de la visita de María Concepción Velasco González, directora de la Escuela Secundaria Técnica No. 44 de Chichihualco, localidad del municipio de Leonardo Bravo, Guerrero; a las oficinas de la Coordinación Estatal del Programa Nacional de Lectura. En la gráfica, atendieron a la profesora, de izquierda a derecha Humberto Manzo Ramírez, Coordinador Estatal del Programa y Vicente Pantaleón Guerrero, Responsable de difusión.

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El Grillito sin censuras

Alfonso Cerdenares Domínguez

**Dimos una vuelta por el centro de Chilpancingo…**El transporte público daba vuelta por el zócalo de la ciudad…**No había tanta falta de agua y tomábamos directamente de la llave a nuestro paladar…
EL DÍA DE AYER SALIMOS A DAR LA VUELTA POR EL CENTRO DE LA CIUDAD, tal vez para tratar de recordar cómo eran las calles de Chilpancingo hace unos 20 años, o quizás más; las cosas no han cambiado demasiado en cuanto a su aseo: siguen siendo polvorientas y llenas de basura; los vendedores ambulantes continúan invadiéndolas y hasta los comerciantes establecidos «sacan» sus puestos a plena banqueta sin que nadie les diga nada; continúan con los dichosos apartados que se colocan sin control alguno y son muy pocos los agentes de tránsito que cumplen plenamente con su trabajo; unos solamente le hacen a la pantomima, aplicando el viejo dicho ese que «hacen como que me pagan y yo hago como que trabajo»;