El congreso reprobado
Oscar Memije Franco.
Una de las tantas tragedias que le pueden ocurrir a una sociedad, es que sus representantes sociales no tengan oficio para el desempeño de sus funciones. Es evidente que un título profesional tampoco garantiza ser un buen servidor público. Los ciudadanos han dado su voto de confianza y su esperanza plena para una mejor calidad de vida, pero la realidad es que una parte importante de los representantes populares en las Cámaras Legislativas no tienen interés colectivo para generar el bien común, solo sus intereses personales.