Apolinar Castrejón Marino
David y miguel habían terminado muy jóvenes su carrera de maestros, y se fuern a trabajar a la costa chica del estado de guerrero. El supervisor de la zona los separó para que prestaran sus servicios en las escuelas de unas poblaciones cercanas una de la otra.
Se visitaban frecuentemente, y los fines de semana se la pasaban junt
os, platicando de su tierra y de su familia que habían dejado. Ah, y también disfrutaban de una “chelas” bien frías acompañadas de sus respectivas botanas de mariscos, que son abundantes en la región.
Sucedió un día en la comunidad del maestro Miguel, que al calor de las chelas, se puso ocurrente, y le dijo al maestro David, que fueran a visitar a “una persona”. Así lo hicieron y se fueron a la casa del comisario, que se encontraba cercana.