Apolinar Castrejón Marino
La Ciudad de Chilpancingo se ha vuelto demasiado peligrosa. Los hechos de sangre son cosa de todos los días, mientras el Presidente Municipal se encuentra de viaje por Europa, y del Secretario de Seguridad Pública, nadie sabe siquiera su nombre.
En una conocida tienda ubicada en la zona norte, el personal “de seguridad” marcó el alto a un cliente para pedirle su comprobante de pago (tiket), según sus mecanismos de control.
El cliente se molestó por los claros indicios de desconfianza, y alegó que no era ningún ladrón. Pero el personal de la tienda no estaba dispuesto a ver vulnerada su “autoridad”, por lo cual insistió al cliente que demostrara que había pagado la mercancía.