Lectura Política
Noé Mondragón Norato
Arredondo: ¿astucia o ausencia de cabildeo político?
La Auditoría General del Estado (AGE) es una posición estratégica en términos políticos. Eficaz escudo para frenar escenarios de desastre. Esperanza de muchos ediles municipales para sanear sus cuentas públicas mediante “generosos y oscuros arreglos”. Y la salida del primer titular de esa dependencia, Ignacio Rendón Romero, en medio de fuertes escándalos de corrupción, es el antecedente más visible en relación al camino más corto para convertirse en un personaje acaudalado y dueño de una fortuna inconmensurable. Al final, nunca fue investigado. Disfruta cómodamente de ese dinero cargando con el único peso del escándalo público. El manco brazo de la justicia y las complicidades del poder, lo protegieron. De ahí se entiende hoy, el desfile de un gran número de aspirantes que buscan reemplazar al segundo auditor de la AGE que renunció debido a su notable ausencia de pericia y operación política: el zeferinista Arturo Latabán López, de vida efímera en esa dependencia. Sin embargo, los perfiles de algunos no les alcanzan para asumir el cargo. Uno de ellos destaca: el actual titular de la Contraloría General del Estado, Antonio Arredondo Aburto.