Héctor Contreras Organista
¿La caballada? ¿Cuál?
Cuando al gobernador Rubén Figueroa Figueroa a fines de los años 70 los periodistas le preguntaron cómo veía a los participantes en la carrera presidencial, respondió: “¡La caballada está flaca!”, frase que entró de lleno en el lenguaje de la política mexicana y ahí se quedó.
Al respecto, algunos ocurrentes “opinadores” de la realidad política de Guerrero dicen que “ahora la caballada no sólo no está flaca sino que ya no existe, y lo que fue un esquelético jamelgo en los años de Figueroa se convirtió en la sombra grisácea de un borrico, un pollino, una acémila, un jumento, un asno que ya ni rebuzna porque se dice que nadie de los aspirantes a la gubernatura llena los mínimos requisitos que se requieren para ser gobernador”.