Historia de terror;
las declinaciones
Isaías Alanís
“Uno ya no sabe pa’ donde jalar”, palabras de un campesino suriano con el que tuve un breve intercambio de reflexiones. Originario de la Sierra de Guerrero, en la zona de los desplazados, ha dejado de ser un pequeño empresario maderero para convertirse en líder de siete mil almas que se han visto afectadas por el enigma esotérico de la violencia. Después de escucharlo y leer los hechos ocurridos en Tanhuato, Michoacán en la frontera con Jalisco, zona de tolerancia delincuencial. El caso de Chilapa de Alvarez, la balacera en Tlacotepec, los muertos de Acapulco y de Chichihualco más los que ya se acumularon mientras escribo esta mirada nada dominguera, sus palabras resuenan nítidas en mi mente: “si todos saben quién y cómo está organizados los malos, por qué no actúan?