Juicios orales en México
Apolinar Castrejón Marino
Mayte era muy bonita y ella lo sabía, pero no era vanidosa. También poseía estilo, gracia y encanto, pero su buena educación la había marcado con la discreción. Por eso, cuando el periódico Excélsior publicó la convocatoria para un certamen de belleza el 28 de abril, no se entusiasmó, a pesar de que sus amigos universitarios le insistieron que participara, pues tenía suficientes atributos para ganar.
Grande fue su sorpresa, cuando vio aparecer su fotografía anunciando que ella sería participante. Sus amigos la habían inscrito en el certamen y habían entregado una fotografía suya al periódico. Ante tal situación se empezó a preparar para hacer un buen papel. Sobre todo de expresar sus ideas de igualdad del hombre y la mujer. Como ella era estudiosa, pensaba que todas las mujeres debían tener esa y otras oportunidades.
Sus padres, Rafael Landa y Débora Ríos le manifestaron su apoyo incondicional. Él tenía un próspero negocio de lecherías, lo cual les daba un cómodo medio de vida. María Teresa participó en las diferentes etapas del concurso: vestido de gala, trajes regionales, y cultura general, y en todas salió airosa pero cuando el periódico les comunicó que asistiría al balneario “Jardines de Esther” a una entrevista y una sesión fotográfica en traje de baño, sus padres le dijeron que eso no lo podían permitir.