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NOTA

Nos ocupan de relleno  como espacio muerto:payaso callejero  Wendy Alanís.--El oficio de ser payaso normalmente es un oficio mirado con desprecio pero en realidad es un arte que va más allá de ser un simple trabajo.  Es mirar dentro del alma, hacer sonreír al más triste de los humanos, es tener como paga una pequeña moneda y conformarse con el estruendoso reír del público más exigente. Estaba en la etapa de la adolescencia, justo cuando estaba terminando la secundaria, cuando en una ocasión conocí a unos payasitos en la plaza pública de Minatitlán, Veracruz, de donde soy originario, me acerqué a ellos y desde ahí me empezó a gustar la idea de hacer reír a la gente, comenta
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Rubén Aracen Blancarte, payaso callejero mejor conocido como “Loquillo”. (Foto: Wendy  Alanis.)