De militares y excesos (Crónica) Elino Villanueva.- -¿Sueña el Croniquero? No, para nada. Es la puritita realidad de nuestros tiempos actuales, ¡y en Viernes Sannto! Catorce soldados y cuatro agentes ministeriales con cara de pocos, muy pocos amigos, lo rodean en hermosa media luna, descendido que han de sus tres patrullas, que también se antojan preciosas con sus luces intermitentes encendidas en señal preventiva, una blanca, las otras en camuflaje. “Te dije, menso. Tú naciste sólo para sufrir”, le dice el cuerpo, como queriendo escapar de ahí, asustado por los fusiles militares en ristre que hoy lucen