La Jaula de Dios Jesus Pintor Alegre Los enroques y los acomodos se empiezan a dar, en una pasarela casi interminable, previo al primero de julio, esa fecha donde se habrán de elegir a los mismos de siempre, y otros que aspiran a ser, en lo futuro, los mismos de siempre, y que cabalgan en el sendero que los lleve al país de Nerverland, allí donde comer con manteca es una práctica hasta odiosa. Se van varios y llegan otros, con ideas frescas, menos frescas, ocurrentes, falsas, tontas, y en un derrotero de igual talante.