Lágrimas de Judas: La Otra Hiroshima Silenciosa Emilio Nahín Rojas Madero/Fredy Leyva Irra* “Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que era condenado, devolvió arrepentido las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos, diciendo: Yo he pecado entregando sangre inocente. Pero ellos dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros? ¡Allá tú! Entonces, arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y fue y se ahorcó. –Mateo 27:3, 4 y 5– “México es un país extraordinariamente fácil de dominar, porque basta con controlar a un solo hombre: el presidente”. –“Robert Lansing–