Dios en política, Santa Muerte y Los Templarios Isaías Alanís Como en los viejos tiempos del antiguo testamento, quién sabe por qué, del imperio romano y del maestro de Belén, las sectas, fundamentalismos armados y sistemas religiosos andan juntos. Y en un estado laico, la demanda in exelsis, de la consagración democrática, se dirime en tres frentes apostólicos, el estado laico, el crimen organizado y el nacimiento de sectas. El linaje de la democracia de los últimos días, profesada por profetas opositores a los santos cánones de la constitución de la nación, se ha metido en sotana de once varas. El súper mocho Chente Fox, que ahora anda de “pusher” motero, la puso de moda. De pronto, por iluminación divina, dios, que no tiene nada que ver en este mundo de fariseos, mercaderes y tramposos, se ha convertido en el chilemole de todo discurso político.