Lectura Política Noé Mondragón Norato La unión del fútbol y la política El fútbol no solo es fanatismo, sino negocio. Los miles que acuden a los estadios, consignan hilarantes porras, se pintan el rostro, ponen la verde y acuden a los lugares públicos con el fin de sentirse protegidos por la manada para cometer desmanes, son los mismos que proveen de inmensas fortunas a todos a los patrocinadores de la selección mexicana. Y a los demás clubes en la temporada regular. Aquellos que desde sus lujosas y amplias oficinas observan con cierta mofa y hasta desprecio, la forma eficaz de controlar a las mayorías. Seguirles ordenando subliminalmente, qué deben comer, cómo deben vestir, cuál moda seguir, a quién están obligados a apoyar. En las sociedades de consumo es una tendencia irreversible, que se repite incesantemente. Una y otra vez. Pero hay ocasiones en que los fanatismos y la cultura exacerbada, insolente y escasamente inteligente desprendida de estos, se entrevera irremedia