52 días previos a su partida, así recuerdo a mi madre Edilberto Nava García Sé que cuando no tengo problemas me olvido de lo básico y fundamental. Y sé también que eso está muy mal, porque si pienso, luego existo gracias al Gran Arquitecto del Universo; al dios de los judíos Jehová o a la fuerza infinita, creadora e inmutable que diversas corrientes religiosas llaman Dios. A Él doy gracias porque dio a la encarnación de mi espíritu en el vientre de una mujer normal que en su niñez sufrió con la pesada carga del deber en su familia. Cuando comencé a comprender mi mundo, mis familiares cercanos, los vecinos, las siembras de temporal, las yuntas, los garabatos y tarecuas; de la pala cañera, el espeque en el trapiche; el hacha de plomo, la canoa, las tinas y el trinchi en el alambique de mezcal, en pocas palabras, mi pueb