Normal Rural Raúl Isidro Burgos Apolinar Castrejón Marino Era un salón donde cabían 30 camas, pero cambiándolas por catres cabían otras 10 más, y todavía poniendo unas sobre otras (de las que llaman literas), bien cabrían 80 chamacos durmiendo. Ciertamente era incómodo dormir con tanta gente, por los olores de los zapatos, las flatulencias y los ronquidos, pero como eran muchachos pobres, hijos de campesinos, pues no eran muy delicados ni exigentes. Como a las 10 de la noche, un jovencito llamado Miguel, sintió un tremendo jaló que lo tumbó de su litera, cayendo al piso semienvuelto en su cobertor. Debido a la sorpresa y al golpe de la caída de más de un metro de altura, quedó atontado, y solo pudo preguntar: - ¿Qué pasa? 4 muchachos un poco mayores, se encontraban enfrente de él riéndose cínicamente. Raúl les volvió a preguntar ¿Qué les pasa? El más grande le dijo en tono de suficiencia: - Me gusta tu cama. Entre molesto y temeroso les dijo a sus agres...